 | lunes, 20 de octubre de 2003 | Hay gestos para destacar Es común enterarse de lo malo que sucede a nuestro alrededor, en mi caso fue todo lo contrario. El pasado lunes 13 concurrí con mis nietos al balneario La Florida. Después de unos momentos muy agradables, cuando voy a poner el coche en marcha, la batería no respondió. Había dejado las luces encendidas. Con gran sorpresa, los tres jóvenes que estaban a la entrada recepcionando al público se ofrecieron amablemente a ayudarme. Con cables y pinzas que consiguieron al minuto, armaron una y la cargaron dejando al auto en condiciones de partir. Quise retribuirles la atención con algo más que las gracias y enfáticamente se negaron a aceptar nada, aun a costa de mi insistencia. No todo está perdido, la juventud aún responde debidamente y por este medio deseo testimoniarles mi reconocimiento. Realmente me sentí muy reconfortado.
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