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 domingo, 19 de octubre de 2003

Personal del Museo Angel Gallardo realizó las tareas de extracción
Son dos los gliptodontes hallados en una obra de Granadero Baigorria
Cuando fueron a sacar los restos del primero apareció otro más pequeño que podría haber sido su cría

Norberto Puntonet / La Capital

Granadero Baigorria. - La sorpresa que causó el hallazgo de restos de un gliptodonte en esta ciudad, hace una semana, fue superada ayer cuando personal especializado del Museo Provincial de Ciencias Naturales Angel Gallardo de Rosario extrajo los fósiles y comprobó que debajo del caparazón aparecieron restos de otro animal de la misma especie, pero mucho más pequeño.

El doble hallazgo se produjo en una casa de esta ciudad -Las Malvinas 2560- cuando sus dueños realizaban una excavación para un pozo ciego. Las tareas habían sido suspendidas hasta ayer cuando Jorge Martí, jefe de taxidermia del museo rosarino llegó acompañado de sus colaboradores, Pablo Vrankovich, Juan Carlos Rodríguez y Damián Basualdo, para realizar la extracción de los fósiles.

El suceso había sido denunciado por Norma Beatriz Galeano ante la comisaría 24ª de Granadero Baigorria, donde explicó que en su casa -a casi dos metros de profundidad- habían aparecido fragmentos de huesos por los que su marido, Eduardo, en un primer momento, pensó que se trataban de huesos humanos. "Cuando escuché que los muchachos que hacían el pozo comentaban que aparecían huesos, e incluso uno de ellos me dijo que había un hombre enterrado, me preocupé y le pedí a mi mujer que fuera a buscar a la policía", comentó Eduardo a La Capital.

El hombre lamentó el tiempo que se está perdiendo para terminar el pozo, pero señaló que "era una lástima que los restos se perdieran porque quizás puedan tener algún valor científico y ojalá se puedan guardar o exhibir en algún lugar de Baigorria".

Por su parte, Martí descartó totalmente que los restos pertenecieran a una tortuga o tatú carreta, como había sugerido un vecino del lugar en un primer momento. "Las placas de gliptodonte son totalmente diferentes a las de un tatú, ya que son óseas, exagonales y mucho más grandes y gruesas", aclaró para agregar que el segundo animal quizás haya sido la cría del que apareció primero.

La topografía actual de esta zona de Baigorria, según algunos memoriosos, no es la misma que presenta hoy. En el lugar existía una laguna hace unos sesenta años, que posteriormente se secó y fue rellenada. La imaginación de los especialistas fue mucho más atrás en el tiempo y señalaron la posibilidad de que allí existiera una especie de pantano, donde los animales prehistóricos se acercaban a beber. "Es probable que la cría de gliptodonte se empantanara y su madre, tratando de sacarla de esa situación haya quedado también varada y así habrían muerto", comentó uno de ellos.

Norma contó que a partir del primer hallazgo, publicado por este diario el lunes pasado, personal de la Municipalidad de Baigorria se acercó en varias oportunidades para interiorizarse sobre los problemas que acarreó para la familia Galeano, la suspensión de las obras debido a la aparición de los fósiles. "El intendente (Alfredo) Secondo nos prometió personal y materiales para hacer otro pozo una vez que se saquen los fósiles y se tape este, ya que para la extracción hubo que cavar un túnel mayor al original y uno de sus extremos está debajo de la casa", explicó la mujer.

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Los restos del gigantesco gliptodonte hallado.

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