| domingo, 19 de octubre de 2003 | Lactancia: Primeros dientes La salida de los dientes puede hacer que las encías del bebé se pongan hinchadas y doloridas. Quizá cambie su forma de mamar o apriete el pezón mientras mama en un intento por aminorar las molestias. Los pezones doloridos a causa de la salida de los dientes es una molestia temporal. Durante este período, se puede hacer la lactancia menos incómoda intentando calmar al bebé ofreciéndole algo frío para masticar antes de darle el pecho (mordillo). Esto ayudará a reducir la sensibilidad de las encías y le permitirá mamar con menos molestias.
No es necesario destetar cuando empiezan a salir los dientes. Muchos ni siquiera intentan morder y los que lo hacen usualmente desisten al sentir el sobresalto de la madre.
Cuando el bebé toma el pecho, el pezón de su madre está muy adentro de su boca, los labios y las encías del pequeño están atrás del pezón, sobre la orilla de la areola, y su lengua se extiende más allá de las encías, entre los dientes inferiores y el pecho. Por esto, aun después de la salida de los dientes, el bebé no puede morder mientras mama activamente.
Si comienza a hacerlo, hay que mantener la calma y apretar al bebé contra el pecho en vez de retirarlo.
Es importante reconocer el comportamiento que indica que el bebé está a punto de morder. Algunos reaccionan con mordidas cuando alguien los fastidia o si su madre grita a otro de sus hijos. Identificando las causas que anteceden a las mordidas se pueden evitar las conductas que las provocan.
El bebé asocia sensaciones de placer y seguridad además de la satisfacción de su hambre y entiende que al apretar el pezón con los dientes le causa dolor. El bebé no muerde por maldad. Tiene que aprender qué puede hacer con sus nuevos dientes al tomar el pecho y a veces lo aprende por ensayo y error.
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