| domingo, 19 de octubre de 2003 | El cazador oculto: La imaginación al poder de la tevé Ricardo Luque / Escenario La idea se disparó después de un comentario que hizo Alejandro Fantino en una de sus fugaces visitas a la ciudad. Santafesino de ley, el animador vivió su infancia y parte de su adolescencia en San Vicente, uno de los tantos pueblos condenados a captar la señal de los canales rosarinos gracias a las repetidoras diseminadas a lo largo y a lo ancho de la provincia. Frente al televisor en el hotel se sorprendió al ver que "De 12 a 14", uno de los programas que más disfrutaba cuando andaba de pantalones cortos, seguía en la pantalla de Canal 3. Clásico del mediodía, el envío había sufrido apenas pequeños retoques desde que lo había dejado de ver allá lejos y hace tiempo. Lo curioso es que su sorpresa es la costumbre de los televidentes rosarinos que conviven sin inmutarse con la misma pantalla desde hace años y años y años. ¿Se puede imaginar una televisión rosarina diferente? Estéril al fin, porque los ejecutivos de la televisión parecen impermeables a la novedad, el ejercicio es interesante. Se pueden pensar cambios, y hasta la forma de ponerlos en práctica, pero ése es el trabajo de la gente que hace la televisión. Los espectadores disfrutan más fantaseando con lo imposible. Se imaginan la televisión sin "De 12 a 14". Vade retro Satanás. Es demasiado. Pero algunos cambios no estarían nada mal. Se imaginan a Luis Novaresio sin barba, a Miguel Tessandori con pelo o a Carlitos Bermejo, flaco. O aún mejor, se imaginan a Julio César Orselli, joven. Sería fantástico, tanto como ver a Alberto Lotuff conduciendo "Telenoche" con una sonrisa de oreja a oreja. Ayudaría a sobrellevar la realidad que es dura, cruel y mucha. Ayudaría tanto como aligerar de ropas a las presentadoras de noticias de Canal 5 que están siempre tan seriecitas, tan recatadas. Se imaginan a Flavia Padín y a Erica Fontana haciendo un strip-news, como los que hicieron furor en la Europa del Este. Pero en tren de dejarse llevar por la imaginación podría pensarse a Gustavo Rezzoaglio y a Cristián Lavallén sin corsé o Ariel Bulsicco sin gel. O lo que realmente sería shockeante sería imaginar a Susana Rueda gorda, vieja y fea. No, por favor, ¡nada de cambios en la televisión! enviar nota por e-mail | | |