"Bailando en el cementerio": Un trío muy estereotipado

José Luis Cavazza / Escenario

La historia comienza con lo que no pudo ser: dos adolescentes, Betty y Boris, él demorándose en invitarla a bailar y perdiendo la oportunidad ante un más decidido Hugh. Corren décadas y el trío aún permanece en un pueblito galés, donde Betty y Hugh son matrimonio, aunque éste sea un concejal que la engaña con su joven y vulgar secretaria Meredith. Mientras, Boris, empresario de pompas fúnebres, no deja de pensar en Betty y en triunfar como bailarín a lo Fred Astaire, ambos, sueños insatisfechos. Pero a partir de un reencuentro con Betty, Boris cree que no todo está perdido. Una comedia con algo de humor negro, una explícita incursión en el musical hollywoodense y Naomi Watts, como la vulgar amante, que con su sola presencia es capaz de levantar hasta un muerto, en un filme donde la muerte es el tema central. Es una lástima que el carácter farsesco de la historia se encuentre opacado por el perfil estereotipado de los personajes y sus acciones.