| domingo, 19 de octubre de 2003 | Entrevista al número uno del cooperativismo a nivel mundial Barberini: "La globalización complicó pero dio oportunidades a las cooperativas" El presidente de la Alianza Cooperativa Internacional reclamó reglas de juego que defiendan al sector Gabriel González / La Capital Ivano Barberini, líder del movimiento cooperativo a nivel mundial, estuvo ayer en Rosario. Este italiano que preside la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), una organización no gubernamental con presencia en un centenar de países que representan a más de 730 millones de personas de todo el mundo, se reunió con el intendente Hermes Binner y participó del lanzamiento de un acuerdo que permitirá a las mutuales santafesinas lanzarse a prestar servicios de telefonía pública (ver página 15). En este diálogo con La Capital , Barberini repasa cómo quedó parado el movimiento cooperativo tras una década de globalización y concentración y de qué modo afronta los nuevos desafíos que impone esta etapa. Reclama a los gobiernos una acción más decidida para darle sustento al sector, porque sólo de ese modo pueden sostenerse ante las grandes corporaciones.
-¿Qué impacto tuvo sobre el movimiento cooperativo la globalización de los 90?
-Sin dudas que el proceso de globalización creó grandes problemas a las cooperativas pero al mismo tiempo abrió grandes oportunidades. Así se generaron estímulos para mejorar capacidades propias y la actividad en los mercados. Si consideramos los últimos 10 años durante los cuales globalización experimentó un fuerte desarrollo, hay que decir que el cooperativismo también dio el suyo y tuvo un importante crecimiento. Se dio sobre todo en las cooperativas de crédito y la banca cooperativa, pero también en otros sectores. Cito un caso concreto: en Brasil durante la última década las cooperativas crecieron seis veces de lo que lo habían hecho en los 90 años anteriores. Por cierto, las cooperativas tienen una fortaleza fundamental, la posibilidad de atender mejor que las corporaciones multinacionales ciertos sectores y actividades, si bien algunas que tuvieron que confrontar en forma directa no pudieron resistir.
-¿El resultado final ha sido a favor o en contra?
-En la última década hemos tenido un crecimiento muy importante y en muchos sectores, pero si vemos las cosas de cara al futuro el desafío es muy grande y encierra riesgos, porque el movimiento cooperativo afronta la obligación de ser una empresa más competitiva en el mercado y al mismo tiempo no perder la identidad que lo distingue.
-La globalización trajo concentración y eso también impactó en las cooperativas. ¿Se pudo resolver satisfactoriamente, teniendo en cuenta las necesidades de los socios?
-Hay que tener en cuenta que las multinacionales tienen estructuras muy diferentes a las cooperativas, no es posible compararlas. No tiene sentido hablar de grandes cooperativas que salgan a competir con las multinacionales. La fortaleza de las cooperativas es su presencia local, que les brinda la posibilidad de llegar a los lugares a los que otros no pueden. Eso es lo importante, porque es lo que las grandes corporaciones no pueden dar: contacto y servicio a la comunidad. Otro aspecto clave es que las cooperativas deben gestar capacidad para actuar en redes, entrar en sinergia y resolver los servicios que demanda la comunidad. Un ejemplo concreto se da en Italia, a partir de una cooperativa de consumidores que desarrolló un entramado tal que le permite pararse cara a cara con las multinacionales. Para sintetizar: el cooperativismo debe reforzar su presencia donde tiene fortalezas. Frente a una multinacional debe actuar en red y desarrollar eficiencias que le permitan ser sostenible. Su rol no pasa por confrontar con las multinacionales sino desarrollar sus propias competitividades, haciendo lo que mejor hace y no pueden hacer los otros.
-¿El esquema es más complementario que confrontativo, entonces?
-Depende. Las cooperativas están en todos los sectores de la economía y para confrontar con las grandes corporaciones deben reunir la fuerza necesaria. Lo hacen con algunos servicios y en la agricultura, pero incluso en estas actividades también pueden gestionar donde los grandes no llegan. Las cooperativas agrícolas, por ejemplo, deben resolver la motivación de los campesinos para que ello repercuta en una mayor fortaleza de la organización. También hay que recordar que para las cooperativas el crecimiento económico no es solamente un número, porque también están las personas y el trabajo que estas personas desarrollan. Hay palancas que las cooperativas pueden accionar para diferenciarse y sacarles ventajas a las corporaciones. Y donde no se pueda confrontar hay que encontrar nichos para poder trabajar.
-¿Qué actitud encuentra el movimiento cooperativo de parte de los Estados?
-La Organización Internacional del Trabajo (OIT) elaboró un documento muy importante que fue rubricado por representantes gubernamentales, de las empresas y los sindicatos y en el cual se recomienda a los gobiernos gobiernos que promuevan las acciones de las cooperativas. También las Naciones Unidas dio lineamientos para apoyar el desarrollo del sector. Es decir, se está reconociendo el rol social y económico de las cooperativas a nivel internacional. Sin embargo, a nivel de países hay realidades contrapuestas: algunos avalan al sector con la legislación, pero otros ven al cooperativismo como un fenómeno marginal, apenas complementario, y también está la actitud de los países del este europeo que sólo se esmeran en multiplicar las estructuras de control. Es importante la actitud que el gobierno adopte, porque las cooperativas necesitan un ambiente favorable que las acompañen para desarrollarse. Hay que tener en cuenta que las cooperativas tienen poco capital pero un fuerte acento en la responsabilidad social, y que la globalización liberó a las mutinacionales de estas responsabilidades. Cuando hablamos de globalización hablamos también de una fuga de responsabilidades de parte de los grandes jugadores de la economía, que se desentienden de la realidad local. Esa responsabilidad sí la tienen las pymes, mutuales y cooperativas. Si la legislación no lo tiene en cuenta significa una desventaja competitiva.
-La crisis le abrió nuevas posibilidades al cooperativismo en la Argentina. ¿Qué opina de la actitud del gobierno y de los propios cooperativistas?
No soy el más indicado para hablar de la actitud del gobierno, pero la voluntad en las declaraciones es positiva, es un hecho aupicioso y espero que haya voluntad para valorizar recursos, energías y potencialidades. En los discursos se expresa la voluntad, es de esperar que se plasme en los hechos. La potencialidad para el sector es muy alta, porque acá existe una cultura de emprendimiento muy importante. Por cierto, la voluntad de los cooperativistas se tendrá que conjugar con adecuadas reglas de juego en la legislación. enviar nota por e-mail | | Fotos | | "Hay que ser competitivo sin perder identidad". | | |