| domingo, 19 de octubre de 2003 | Educación técnica No salía de mi asombro al leer las declaraciones de la ex ministra Stanoevich con respecto a la educación técnica; recordemos que en su gestión se implementó la nefasta ley federal, instrumento con el cual esa modalidad educativa útil para cualquier intento de desarrollo industrial fue destruida socavando sus dos pilares fundamentales: la asistencia presupuestaria y sacando del juego a la mayoría de los docentes técnicos. Estos no se forman en cursitos esperando un certificado de concurrencia, sino que se ejercitan en la misma industria que acogerá a su vez a los futuros técnicos; es decir que la modalidad habilita automáticamente al profesional que ha tenido vivencias y experiencias con verdadera realidad productiva. Por eso, algunos después de 20 años o más fueron eliminados del escalafón docente, complicidad gremial mediante. Ejemplificando, y salvando las distancias, si Jesús viviera no podría predicar por no tener el título adecuado; o Favaloro no podría actuar en la facultad por el mismo motivo. Por eso proliferaron los nuevos docentes tecnológicos creados por el sistema, merced a lo cual y parafraseando a la funcionaria, un alumno de tercer año polimodal podrá construir un avioncito con madera balsa cuando antes lo hacía en la primaria como manualidad. El gobernador electo es, además de político, ingeniero o sea, un técnico y por tal motivo no puede repetir errores, como pretender que sólo un docente pueda dirigir ese Ministerio (remitirse a las pruebas y analizar el estado de la educación santafesina) y debe empezar por desmantelar los aparatos enquistados en Educación. Rosario fue el núcleo de un gran cordón industrial hoy semidestruído y dirigido por una estudiantina supernumeraria que confunde desarrollo industrial y tecnológico con huertas comunitarias o fabricación de artesanías o venta de ropa y objetos usados. Reconstruir la educación técnica es desarrollar una tarea de la misma envergadura que resucitar la industria y se requiere fundamentalmente una
acertada acción de gobierno asistiendo en lo presupuestario y coparticipando a los actores indicados para esa modalidad. (Empresas grandes, Pymes, docentes especialistas, padres, etcétera). Charlatanes, abstenerse, ya hicieron demasiado daño.
Manuel Sesan
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