| sábado, 18 de octubre de 2003 | Una nueva causa complica al chico detenido por el doble homicidio de Funes Investigan a Tulio y a su mellizo por detonar un explosivo en su colegio Los incriminan siete testigos y llamados realizados desde un celular. Pero tardaron tres meses en imputarlos Los mellizos Tulio y Leandro Adorna están sospechados de haber provocado daños al colocar una bomba de estruendo, hace tres meses, en el baño de una sala de preescolar del Instituto Nazaret de Funes, el mismo al que ellos concurren como alumnos del polimodal. Los dos chicos, el primero de los cuales está acusado de matar a su padre y a su hermano menor hace dos semanas, quedaron imputados por el testimonio de siete personas, todas allegadas al establecimiento. Pero también los complica la sábana de una empresa telefónica que, por las horas del atentado, registra cinco llamados efectuados por un mismo celular -tres de ellos al colegio y los dos restantes a domicilios de la familia Adorna- que se sospecha estaba en poder de los chicos.
El delito atribuible a los dos menores es, en principio, el de amenazas calificadas e intimidación pública, que puede implicar, en concurso, penas no excarcelables. Las razones del ataque no están explicitadas en los llamados. Ocurrieron en vísperas del viaje de estudio del tercero de polimodal, donde Tulio cursa el bachillerato.
Este es el tercer expediente que se sustancia contra Tulio. Se agrega al de los homicidios y lesiones contra sus familiares. Y al que espera dictamen en la Justicia Federal para que se determine si incurrió en delitos por uso y suministro de estupefacientes.
Los mensajes captados El 8 de agosto a las 7.30 de la mañana un artefacto hizo volar de su sitio a un inodoro en un baño del colegio Nazaret. Un día antes, en el teléfono fijo del establecimiento se recibieron tres llamados amenazantes que advertían: "mañana hacemos explotar el colegio". Lo significativo es que poco tiempo antes, según lo revela el detalle de llamadas del celular requerido a la empresa CTI Móvil, con ese mismo aparato se habían hecho dos llamadas: una al domicilio de San José 2434 de Funes, y otra a la agencia de loterías de Eva Perón 8263, ambos números inscriptos a nombre de Alberto Adorna.
El caso fue investigado por el juez de instrucción Carlos Triglia, quien señaló a La Capital que se le requirió un informe a la empresa CTI para que individualizara al propietario del número del celular de donde partieron las llamadas recibidas en el Nazaret. Esta compañía proporcionó un informe, fechado el 3 de octubre pasado, sobre las comunicaciones que en julio se realizaron desde ese número de teléfono móvil, pero sin identificar a su propietario. Triglia le pidió luego al Servicio Informático de la Corte Suprema que estableciera cuáles eran los teléfonos receptores de los llamados de los momentos anteriores y posteriores al ataque. Y se concentró en cinco, muy significativos, que relacionaban a los Adorna y al colegio.
La complicación que se sumó fueron las voces de siete testigos que dijeron -aunque no de manera categórica- que se señalaba a los chicos Adorna como mentores de la explosión en el colegio. Como tienen menos de 18 años Triglia declinó la competencia y le remitió el caso al juzgado de Menores Nº 2, a cargo de Juan Leandro Artigas, que investiga a Tulio como autor de las muertes de su padre Alberto y de su hermano Germán, y de haber herido de bala a su madre y a su abuela el pasado 4 de octubre.
La tardanza La causa de la bomba en el colegio permaneció en el juzgado de Triglia desde julio con imputado NN, es decir, no individualizado. Este diario le preguntó al magistrado cómo fue que a tres meses de que se iniciara el caso surgieron ahora por primera vez los nombres de los imputados. "Fue porque CTI remitió el informe requerido recién el 3 de octubre y la policía, fin de semana mediante, nos los hizo llegar el 6".
Pese a que supuestamente sabían lo que contaron desde el origen de la denuncia en julio, los testigos que declararon contra los chicos Adorna dejaron pasar tres meses para imputarlos. Lo hicieron a partir del jueves 9 de octubre. Cuando Tulio ya estaba detenido.
El juzgado de Artigas empezó a actuar en el doble crimen de los Adorna, según el expediente, el mismo día 4 de octubre, una hora después del drama en el chalé familiar. Ahora este juez deberá definir si admite su competencia o si le devuelve a Triglia el expediente de la explosión en el colegio. Hay un dato clave que falta: no está aún el número que identifica al propietario del celular que incrimina a los chicos. Ese propietario, por otra parte, no puede sino ser mayor de edad: no se les venden teléfonos portátiles a menores de 18 años. "Ya le exigimos a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CNT) que requiera a CTI la identificación del propietario del teléfono celular. Los testimonios acumulados nos hicieron descartar la posibilidad de que un mayor esté detrás de esto. Y yo no puedo traer al proceso a menores, por eso cedo la competencia", indicó Triglia a este diario. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El instituto Nazaret de Funes, donde cursa Tulio. | | |