| sábado, 18 de octubre de 2003 | Coca y la salud pública Coca hace 3 horas que se dobló su tobillo izquierdo, en un pequeño escalón. Desde hace dos horas que espera turno con urgencia en el hospital. El pie está hinchado y tiene un gran hematoma, tal vez lo suyo sea un desgarro. Alrededor de ella, otros "pacientes" también esperan atención médica; muchos tienen dolencias, aparentemente por el semblante que poseen, más urgentes que Coca, lo cual no es poco. Sin embargo, un sólo médico está destinado a este sector pese a que se denomina urgencias médicas. Otro gran cartel, colgado a la pared, con letras rojas, indica: espere su turno. En la reducida sala de espera, los"pacientes" desesperan; sin embargo, todos parecen resignarse a la avergonzante situación. Tampoco hay sillas para todos, unas 30 personas entre enfermos y acompañantes, por lo cual muchos permanecen parados. El aire puro es escaso en el lugar, pero la tensión que hay es grande. La empleada que otorga los turnos no tiene "cara de hacer amigos", más bien parece estar fastidiada por su labor. Sin embargo, como un buen rebaño de ovejas nadie hace ninguna queja. Este es un paisaje propio de "la clínica del Doctor Cureta" que tan bien se ilustraba en la "desaparecida" Revista Humor. La diferencia abismal es que aquello ocurría en Buenos Aires, Argentina, y lo narrado ocurre, en la actualidad, en Barcelona, España. ¿Qué?, ¿Qué en el Primer Mundo no pasan estas cosas? ¿Y vos, cómo lo sabés? El Estado de bienestar dejó paso al Estado neoliberal en todo el mundo; incluso aunque lo dudes, en el Primer Mundo. Cambian las formas, pero no el contenido. A un hospital del "mundo desarrollado" lo vas a encontrar menos despintado, pero la atención sanitaria si no te vas a un "privado" será la misma que aquí en el "público". ¿O creés que el conocimiento de la medicina es mayor en Europa? Lo que cambia tanto aquí como allá es lo que te brindan, según si pagás o no, o mejor dicho si podés pagar.
Daniel Marocco
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