| viernes, 17 de octubre de 2003 | Facultad tomada Después de tolerar un cambio intempestivo de plan, una reelección injusta de una decana que no es apoyada por el estudiantado, la implementación de cupos para el ingreso, el arancelamiento de los posgrados y otros exabruptos, los estudiantes de pronto reaccionaron. El nuevo problema es la implementación de una Práctica Final Obligatoria, que hace que una carrera de 6 años, que en lo fáctico es de 7, se vuelva de 8 años hasta alcanzar el título. Sin embargo, la cronicidad del ciclo lectivo no sería el principal escollo: no se cuenta con cupos suficientes para abastecer a la cantidad de estudiantes que egresan anualmente. Por lo tanto, cada uno debería "esperar su turno" hasta poder realizar la práctica, indiscutiblemente necesaria, pero implementada de una manera completamente arbitraria e inoportuna. En este momento hay una práctica final en forma de "practicanatos" y "medicatos" que se realizan en forma voluntaria por la inmensa mayoría de los egresados luego de obtener su título. Estas prácticas de tiempo y forma similares o mejores a las que ahora pretenden implementar, representan un paso casi obligado a la hora de obtener un puesto en alguna residencia para especializarse. ¿Por qué no continuar con esa posibilidad en vez de dificultar aún más las posibilidades de egreso? ¿Por qué es el vicedecano el que negocia con el estudiantado y no la misma Raquel Chiara? ¿Por qué la prensa no informa acerca de las irregularidades que el nuevo plan de estudios comete? Sería bueno saberlo. La paradoja es que todo lo que se oculte o se mienta ahora será sufrido por la población rosarina a la hora de entrar a una guardia dentro de 4 años y ser atendido por nuestros flamantes médicos sociales recibidos con un plan fantástico, incomprensiblemente resistido. Quizás entonces, como siempre demasiado tarde, el pueblo y la prensa reaccionarán. Sería una lástima.
DNI 30.256.429
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