 | jueves, 16 de octubre de 2003 | Dicen que sufren por no haber trabajado en las campañas Centros comunitarios denuncian que son víctimas del clientelismo Sin dar nombres, acusan a otros comedores de recibir dinero y no dar de comer Clarisa Ercolano / La Capital Un grupo de responsables de comedores comunitarios denunció clientelismo político en la distribución de subsidios y mercaderías para satisfacer a los más necesitados, y aseguró que quienes apoyaron a candidatos ganadores ahora reciben dinero fresco y en mayor cantidad. Y aunque no acusan a ninguno en particular, sugirieron que los titulares de otros comedores ni siquiera invierten lo que les da el Estado y hasta venden la mercadería que deberían entregar gratuitamente.
Son casi las seis de la tarde en Felipe Moré y Cerrito, en barrio Bella Vista, y los chicos empiezan a llegar con sus madres para retirar raciones. Pero las ollas están vacías. "Hoy es día de comida, pero no hay qué cocinar porque los fondos son insuficientes", explicó Antonia Calveti desde ese comedor. "A los que trabajaron para un partido político de los que les fue bien les están bajando hasta 1.500 pesos y tienen muchos menos chicos", denunció.
Diez instituciones comunitarias le confirmaron a Calveti -una referente de la zona- que están en idéntica situación. Representantes de cinco de estos centros accedieron a dialogar con La Capital y contaron numerosos casos en que los ingresos que reciben dependen del grado de compromiso político que se tenga con la provincia o con el municipio.
Calveti aseguró que cada vez que va a reclamar a la provincia recibe siempre como respuesta que no hay fondos. "¿Cómo no va a haber si pasan los cheques delante de mis narices? La provincia le bajó hace 20 días a una compañera militante todas las partidas para copa de leche, pero para nosotros no hay nada", protestó, antes de agregar que su centro sólo recibe "700 pesos por mes de la Municipalidad para los 568 chicos registrados más los que vienen y tampoco se les puede decir que no. Hay que ser del partido o pariente para que te bajen más plata".
Raquel Vallejos, titular de Amor a los Chicos de la Calle, respaldó la denuncia y contó su versión: "Hago todo a pulmón. No me dan nada y hay centros a los que les entregan más de 1.500 pesos, pero porque los manejan punteros políticos y encima no dan de comer o dan salteado, pero después uno los ve aparecer con casas nuevas". También denunció que le llegaron a ofrecer mercadería "que los centros deben repartir gratuitamente entre las personas que tienen registradas".
Si denuncian "es peor" En Génova al 8000, Eduardo Correnti está al frente de un centro de retiro de alimentos. "Si doy nombres,la puerta se cierra más y la necesidad va a ser peor", admitió.
A la mayoría de estos centros se le hace imposible cubrir las demandas alimentarias con los subsidios que reciben y los chicos comen tres veces por semana, incluso a veces pasan semanas sin encontrar nada en el comedor. "¿Sabe cuánto hace que le estoy diciendo a la provincia que no tengo 100 pibes sino 500? Si yo recorro la zona de las vías saco por lo menos diez chicos desnutridos", dijo Calveti.
La puja municipio-provincia también los afecta. Correnti recordó que cuando el centro decidió apoyar la iniciativa municipal de aumentar el Derecho de Registro e Inspección y destinar parte de ese incremento a reforzar la ayuda para los comedores comunitarios, desde la provincia los tildaron de ser "tropas de Binner". Y relató que la recorrida de los titulares de los centros para lograr reunir fondos se asemeja a un "Vía Crucis con tres estaciones: provincia, municipio y Concejo Municipal".
Cuando escuchó la palabra Concejo, Norma Fernández, directora del centro Divino Niño Jesús, recordó que tiene un proyecto presentado allí y está esperando hace meses "que tengan la gentileza de firmarlo, pero claro, como sus hijos están bien y no les falta nada, no les importa", protestó, para reiterar: "Si hubiéramos participado en política las cosas habrían sido distintas"
"Usted no es Dios" Estas personas, que dicen tener vocación social y no política, contaron que pese a que todos los días salen a pelearla, hay momentos en que se sienten vencidas. "Cuando le dije a un funcionario que no podía vivir tranquila en mi casa con el hambre al lado, me respondió que yo no era Dios", recordó Calveti con bronca.
Correnti desafió a los que creen que el hambre no existe a que lleguen hasta donde él tiene su comedor: "Vengan que les hacemos el tour de la pobreza".
Teresa, del centro Santa Rosa de Lima, coincide en que es preocupante la malnutrición que padecen algunos chicos que dependen exclusivamente de los centros para alimentarse. Igual que a los otros, le preocupa que las autoridades no consideren a los malnutridos sólo hasta que se convierten en desnutridos. "Cuando uno va a pedir vitaminas o hierro para levantar a un desnutrido te dicen que para eso está el hospital. Yo ya llevé cuatro chicos al hospital, uno está internado. Y cuando saqué a los otros, a las vitaminas las tuve que conseguir yo", denunció Calveti.
Por último, invitaron a los políticos a que vayan a ver "cómo desfilan los chicos" al mediodía para saber si hay comida. "Que pongan la cara", exigieron, antes de finalizar: "No queremos ser punteros políticos, no nos gusta, sólo somos seres humanos que repartimos lo que nos dan y a veces hasta damos lo que no tenemos". enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los chicos a veces se vuelven sin comer. | | |