 | jueves, 16 de octubre de 2003 | Réplica sobre adopciones El domingo pasado La Capital publicó un artículo de la psicóloga Graciela Lipski en el cual critica severamente las adopciones realizadas de facto, sin intervención del Estado. Estimo que su postura está influida por prejuicios ideológicos políticos, que no discierne realidades y prioriza formalidades o conceptos dogmáticos sobre verdaderas esencias de las cosas y motivaciones humanas. Y que descalifica injustamente y provoca inmerecidos sentimientos de culpa respecto a muchas personas que motivados por sentimientos genuinamente altruistas y por ende respetables han actuado en uno u otro rol para satisfacer intensas necesidades humanas soslayando la actuación estatal. Fundamento lo precedente: que se adopte mediante actuación judicial o sin ella no cambia la esencia de las cosas. En ambas metodologías hay un abandono o entrega del adoptado por parte de la madre biológica, y el adoptado se incorpora a la familia adoptante y por ende hay un cambio de identidad y de filiación. Si además tenemos en cuenta los supuestos en que conforme la ley la Justicia priva, despoja de la patria potestad a la madre biológica, se apropia de la criatura en cuestión y la entrega en guarda y luego en adopción, entonces no es correcto descalificar como apropiación o usurpación o despojo, etcétera. la adopción realizada soslayando al Estado será ilegal, pero ello por sí solo no implica que es éticamente reprobable.En las adopciones legales también podrá decirse que el Estado mediante sus funcionarios dispuso de una criatura sin su consentimiento y le cambió su identidad e incluso a veces contra la voluntad, insisto, de la madre biológica. No siempre lo legal es lo justo, y viceversa. Y lo que es legal o ilegal hoy, tal vez no lo fue antes, y puede ocurrir que no lo será en el futuro. Hay que guardarse de las afirmaciones o generalizaciones absolutas. Así por ejemplo el término "apropiación" en sí es neutro, ya que hay supuestos legalmente admisibles de apropiación tales como los que contempla el Código Civil. Hablé de prejuicios ideológicos en la articulista aludida. Ello se evidencia con su implícita idolatría del Estado, cuyas limitaciones y fracasos en todos los órdenes son evidentes, incluso en este en que tal como se explica en la nota periodística sobre el tema, las familias que optan por adoptar por derecha tienen que esperar años.En la prevención hacia la iniciativa privada ( que es el motor del progreso de la humanidad) que subyace en el pensamiento de la articulista y en su empleo inapropiado de los términos mercaderías y precio en la adopción ilegal como si la misma fuese un intercambio comercial, con fines de lucro y no como lo es en la realidad, un acto de amor por parte de los adoptantes, que no buscan incorporar un bien a su patrimonio ni una mascota a su existencia sino una persona a su familia. Y los intermediarios si los hubo muchas veces lo hicieron por amistad, familiaridad o altruismo y no por lucro como insinua la articulista.
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