 | jueves, 16 de octubre de 2003 | Colegio Adoratrices Hace pocos días, con motivo de encontrarme en Rosario, realicé una visita a mi colegio, el Instituto Adoratrices. Con gran emoción y alegría me reencontré con un colegio limpio, mantenido, prolijo, pintado, idéntico al de mi recuerdo. También tuve la dicha de conversar un momento con la madre Grenciolo, quien fuera mi catequista allá por 1976. Sé que en unos días es la cena de egresadas, en la que participaré espiritualmente, sumándome al recuerdo de quien fuera nuestra superiora durante nuestros años allí, la madre Noemí Lagrange y de tantas otras hermanas de la congregación que, aunque ya no están, siguen estando. Gracias a todas ellas por ayudarme a ser la persona que soy hoy.
Verónica Palmi, promoción SEB 1984
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