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 miércoles, 15 de octubre de 2003

Apresaron a un subcomisario por un robo

Ariel Etcheverry / La Capital

La prueba es difícil de rebatir. Una pistola Bersa 3.80 Thunder que el dueño de una farmacia de San Juan al 1700 perdió cuando dos delincuentes asaltaron el local, apareció escondida en el dormitorio del oficial de policía que paradójicamente debía vigilar el comercio. Ese “indicio”, sumado a otras cinco armas de fuego halladas en la habitación, fue suficiente para que los investigadores que allanaron el departamento céntrico donde vive el subcomisario cerraran el círculo en torno a la investigación del asalto, ocurrido a mediados de agosto pasado.

Además del uniformado fue detenido como cómplice un hombre de 53 años, apodado Turco o Manolo Galván, por su parecido físico con el cantante, a quien la policía le secuestró en su casa tres celulares, uno presuntamente registrado a su nombre y otros dos cuyo titular es el subcomisario en cuestión. Los arrestos se produjeron en el marco de dos allanamientos judiciales ordenados por el juez Adolfo Prunotto Laborde en la casa de Manolo Galván, que fue descrita por los pesquisas como un “verdadero templo umbanda” y en un departamento de Mitre al 1400, donde el policía vivía en compañía de una mujer. La dama también fue detenida como presunta encubridora. Los tres apresados, dijeron los voceros, tienen antecedentes penales.

El caso que se trata de dilucidar sucedió el 16 de agosto pasado en la farmacia Lingua, de San Juan 1784. Dos delincuentes irrumpieron en el local y a punta de pistola redujeron a los dueños. Durante el golpe, los asaltantes demostraron conocer bastante bien el terreno porque, según declararon los testigos, fueron a paso firme hacia donde estaba guardado el dinero y luego buscaron directamente la pistola Bersa automática que el dueño de la farmacia tenía guardada en el local.

El subcomisario Daniel Benz, quien hasta hace unos días trabajaba en la ex Alcaidía de Jefatura, cumplía con un servicio de seguridad adicional en esa misma farmacia. Pero el día del asalto llegó tarde a su puesto. Esa sugestiva tardanza en cubrir su puesto y la seguridad con que se movieron los hampones hicieron que los investigadores pusieran su mira en el oficial. Pero las sospechas de que un uniformado estaba en combinación con delincuentes surgieron a partir de tareas de inteligencia realizadas por agentes de la Inspección de Zona 3ª, a cargo del comisario inspector Alejandro Franganillo, hace unos 20 días.

Planeaban un golpe

“Concretamente la información tenía que ver con la actividad de un grupo de delincuentes, entre los cuales había un policía, que estaba por concretar un atraco”, comentó Franganillo. “Era una banda que actuaba en la ciudad y que estaba a punto de dar un golpe importante”, señaló el inspector a La Capital. Pero los datos colectados por los investigadores fueron apuntando las miradas hacia los presuntos autores del asalto a la farmacia Lingua. Por ese motivo, se pidió la intervención del juez Prunotto Laborde que dirige el expediente de ese caso.

El juez pidió la captura de Benz y de Roberto Omar Miguel, conocido como Turco o Manolo Galván. La investigación determinó que ambos estaban afincados en la vivienda de Tucumán 5348. Por eso, el magistrado ordenó un allanamiento que se cumplió alrededor de las 19 del lunes. Los buscados estaban allí y se los detuvo. También fueron secuestrados tres teléfonos celulares, uno perteneciente a Miguel y otros dos del policía. Además también fueron incautados alrededor de 100 pesos en monedas, prolijamente empaquetadas. Las diligencias continuaron luego en un departamento de Mitre 1498.

Allí, según determinó la investigación, vivía efectivamente Benz. En el lugar, los pesquisas se encontraron con una mujer de 41 años y su hija de 23. La mayor era la ex pareja del policía. “Cuando llegamos no pusieron reparos al allanamiento”, sostuvo Franganillo. Así fue como durante la requisa, los agentes encontraron en el cajón de una mesita ubicada en la pieza del policía el arma del farmacéutico asaltado. Luego, hallaron una pistola 9 milímetros de uso policial y con sus números limados; dos revólveres calibre 38 y otro 32. “Todos en perfecto estado y listos para usar con sus respectivas municiones y cargadores”, consignó el inspector.

A esas armas se suman otros cuatro celulares. “Los teléfonos serán peritados para establecer si hubo cruce de llamadas entre los imputados”, agregó finalmente el oficial, quien agregó que aún resta por detener a otro sospechoso.

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Armas y celulares hallados en la vivienda.

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