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 miércoles, 15 de octubre de 2003

San Justo golpeada por el caso del alumno de Psicología baleado en un robo
Congoja de una ciudad aturdida por un ataque desmedido y absurdo
Amigos y vecinos de Germán Owsianski se reunieron ayer para orar y pedir por la salud del joven atacado

Eduardo Caniglia / La Capital

Un estado de estupor e incrédula desazón cubrió a quienes conocen a Germán Owsianski, el estudiante universitario de 19 años que fue baleado en la cabeza la madrugada del lunes cuando volvía a su departamento de Maipú al 1900. El chico oriundo de la ciudad de San Justo permanecía anoche internado en estado muy grave en el Heca, en coma farmacológico y conectado a un respirador artificial.

En su ciudad natal, de 20 mil habitantes y ubicada a 260 kilómetros al norte de Rosario, la novedad del tremendo daño causado a un chico para robarle las zapatillas resultaba abrumadora. Germán había llegado en el inicio del ciclo lectivo para cursar el primer año de Psicología en la Universidad Nacional de Rosario. El año pasado había egresado como bachiller con orientación docente de la Escuela Normal Superior Nº31 República de México.

Germán no tiene hermanos y desde chico fue "sobreprotegido" por su familia. Su papá trabaja en una cooperativa y la mamá es empleada en una zapatería. El mayor anhelo del joven es recibirse de psicólogo, vocación que descubrió cuando cursaba el 2 año del polimodal. Sus padres están dispuestos a apoyarlo en el proyecto con la misma fuerza con la que esperan que supere el mal trance que atraviesa. Los Owsianski vivieron toda su vida en San Justo, pertenecen a la colectividad polaca y ocupan un departamento Fonavi en el barrio San José Obrero de esa ciudad.

De acuerdo con la reconstrucción que realizaron los investigadores del caso, el domingo a la noche Germán había ido al bar Sinatra, de Pellegrini y San Martín, junto a un compañero de estudios. "Los dos muchachos estaban estudiando y habían ido al bar a jugar al pool para despejarse", comentó una fuente judicial. Ese otro joven le contó a la policía que el estudiante se fue del local a las 4 del lunes en dirección a su casa, a cinco cuadras de allí.

Tres horas después fue encontrado por sus vecinos tendido boca arriba en el palier del edificio de tres pisos de Maipú 1955. Estaba desvanecido, con un balazo en la cabeza, ensangrentado y descalzo. Se presume que fue atacado frente a un comercio de Maipú 1883. A pesar de estar malherido, caminó unos 80 metros hasta su casa, logró abrir la puerta y se desplomó.

El violento episodio no fue presenciado por ningún testigo, pero algunos vecinos de la cuadra dijeron que escucharon detonaciones de armas de fuego. "Algunos creen que los disparos fueron a las 4 y otros a las 6, pero nadie vio nada", explicó una fuente policial consultada.


"Un chico excelente"
Ayer a la tarde, la regente del nivel primario de la escuela República de México, Mirta Valcar, recordó el paso del joven por las aulas del establecimiento educativo. "Es un chico excelente, fue un muy buen alumno tanto por su conducta como por su aplicación al estudio", sostuvo.

En los 12 años que transitó los pasillos de esa escuela, Germán supo granjearse el afecto y la amistad de sus compañeros de curso. Son los mismos que ayer, a las siete de la tarde, oraron por "su salud" en una misa que se ofició en la iglesia Nuestra Señora de la Merced, ubicada frente a la plaza y junto a la municipalidad sanjustina.

Además de estudiar, Germán le dedicó tiempo al fútbol. Jugó tres años en el club Colón de San Justo con el que disputó torneos en la liga santafesina. Alexis Corj, de 17 años, fue compañero de equipo del muchacho baleado. "Es un chico tranquilo y bueno", balbuceó ayer desde su casa. También recordó los bailes que compartieron en la escuela y las noches que disfrutaron en el boliche "Asombro Disco".

Alexis se enteró ayer a la mañana de lo que le había pasado a Germán cuando la FM 92 de San Justo, donde el adolescente trabaja, difundió la noticia. Después, la directora de la escuela le brindó más detalles del suceso. "Estaba aterrada. Me comentó que Gabriel se resistió al robo y por eso le tiraron", comentó.

En tanto, anoche Germán continuaba internado en grave estado en la sala de terapia intensiva del Heca. El proyectil que lo hirió, calibre 22, ingresó por el parietal izquierdo, le atravesó el cerebro y quedó alojado dentro del cráneo.

El padre de Germán prestó declaración testimonial ayer a la tarde ante el juez de Instrucción Carlos Carbone. Consternado, le explicó al magistrado que su hijo manejaba poco dinero. "Vivía con lo justo". También le dijo que tenía "pocos amigos y no fumaba ni tomaba".

La hipótesis que discurre en el juzgado es que al muchacho lo balearon para robarle las zapatillas. Y no descartan que se haya resistido al atraco. También cuentan con otra certeza: no tiene otra lesión salvo la herida que le provocó el balazo en la cabeza, por lo que desechan la posibilidad de que haya participado de una pelea.

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Germán Owsianski tiene 19 años.

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