| miércoles, 15 de octubre de 2003 | Banco: el Lole propone una "aprobación condicionada" El gobernador Carlos Reutemann tenía anoche a la firma el proyecto fijando las pautas de su gobierno para convalidar la readjudicación del Nuevo Banco de Santa Fe a manos del Banco de San Juan. "Entre esta noche o mañana a primera hora, la iniciativa ingresará al Senado", confió a este diario una alta fuente del gobierno provincial al cabo de una larga jornada de análisis en torno a lo para la Casa Gris "es una situación extremadamente compleja".
Desde que los hermanos Rohm debieron rendir cuentas a la justicia por los manejos de su entidad, el quebrado BGN, que había adquirido el ex Banco Provincial de Santa Fe privatizado en 1998 durante la gestión de Jorge Obeid al precio de 57 millones de pesos, el salvataje estuvo en manos del ABM-Amro como agente fiduciario encargado de conseguir nuevos dueños y en esa venta surgió como adjudicatario el Banco de San Juan, ofertando 133 millones.
A partir de entonces, el gobierno provincial que había mantenido una "prudente y silenciosa" expectativa reaccionó enojosamente. Luego de analizar la cuestión e incluso consensuar una estrategia en común con su sucesor, Jorge Obeid, Reutemann instruyó a su ministro de Hacienda, Miguel Angel Asensio para que hiciera pública la incómoda situación del gobierno provincial al enterarse que la resolución del Banco Central que autorizaba la venta admitía la figura de fusión que, en charlas informales con la entidad crediticia rectora nacional, no se había contemplado.
Eso llevó a Reutemann a decidirse a no firmar un decreto convalidatorio de la readjudicación del Nuevo Banco de Santa Fe, que es a su vez el agente financiero de la provincia por los menos hasta 2008 , y decidirse dejar en manos de las cámaras esa decisión, como se lo comunicó la semana pasada Asensio a diputados y senadores.
El Banco Central, mediante su resolución, autorizó una eventual "fusión" entre el adquirente (Banco de San Juan) y el adquirido (Nuevo Banco de Santa Fe) y encendió las alarmas que llevaron a Reutemann y a Obeid a buscar reasegurar para evitar el peligro de que Santa Fe siga siendo la sede del banco, o simplemente que la entidad siga existiendo.
El proyecto que ayer terminó el Ministerio de Hacienda provincial y en el que tuvo participación Fiscalía de Estado, busca una "aprobación condicionada" de la operación de traspaso del NBSF al San Juan y esos condicionamientos pasan por dos ejes:
u El respeto de los aspectos patrimoniales. Esto es que el Santa Fe, aún en caso de fusión, siga manteniendo su capital, su nombre y la territorialidad (cantidad de sucursales) que ya la ley de privatización le exigía mantener abiertas.
u Garantías de que no habrá reducción de personal, refiriéndose con ello "no al cambio de un gerente sino a un sangría de centenares". Una cuestión que preocupa al gobierno, sobre todo entrante, básicamente a la luz de otras operaciones de transferencias de entidades bancarias que se están negociando en estos momentos en el país y en las cuales a la hora de abordar esta problemática de optó por acuerdos que condicionan la imposibilidad de despedir empleados por un plazo estipulado. "Se acuerda que por 180 días no habrá despidos pero a nosotros nos interesa que es lo pasa el día 181", graficó la fuente gubernamental consultada por La Capital.
La misma que dice "no tener la bola de cristal" para responder a la pregunta de qué pasaría si el Banco de San Juan (dominado a su vez por el Banco de Santa Cruz) no aceptara las condiciones que la Legislatura se cree en breve-le exigiría por ley. enviar nota por e-mail | | |