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 martes, 14 de octubre de 2003

La eventual sucesión de Moliné O'Connor se menea en los medios
Danza de nombres femeninos para la Corte
Circula una lista de candidatas integrada por cinco magistradas y la abogada rosarina Ana María Figueroa

Los nombres de cinco juezas y el de una abogada rosarina ligada a los organismos defensores de los derechos humanos se sumaron ayer al debate público como postulantes para la eventual vacante que dejaría en la Corte Suprema de Justicia el suspendido ministro Eduardo Moliné O'Connor. La lista, cuyo orden varía según la fuente informativa, está integrada por la jueza del Tribunal Oral Penal Carmen Argibay -hoy juzgando, en La Haya, crímenes de guerra del ex régimen yugoslavo de Slobodan Milosevic-, la jueza del tribunal superior mendocino Aída Kemelmajer de Carlucci, la camarista civil Elena Highton de Nolasco, la jueza de la Corte bonaerense Hilda Kogan y su par de la corte cordobesa Berta Kaller-Orchansky. También integra esta lista de aspirantes a ocupar un sillón en el máximo tribunal de Justicia la abogada rosarina Ana María Figueroa, una jurista de larga trayectoria académica y profesional en el foro local, que es precisamente la única de las candidatas que no revista como funcionaria del Poder Judicial.

Según versiones periodísticas, el ex presidente Eduardo Duhalde impulsaría a Kogan, quien desembarcó de su mano en la Suprema Corte bonaerense el 6 de noviembre de 2002, hace poco menos de un año.

La magistrada es doctora con orientación en Derecho Público en la UBA y obtuvo una maestría en Sociología de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos.

Kogan tiene un punto en común con otras dos postulantes, Carmen Argibay y Elena Highton de Nolasco: las tres son activas miembros de la Asociación de Mujeres Jueces, una suerte de representación argentina de una organización internacional que agrupa a las funcionarias judiciales de todo el mundo.

Carmen Argibay reconoció ayer por la mañana, en declaraciones a las radios Mitre y Continental, que "tienen que entrar muchas mujeres, ya es hora de que haya mujeres en la Corte Suprema". Sin embargo, y pese a admitir que "es un orgullo" que su nombre aparezca entre las candidatas, relativizó la posibilidad concreta de incorporarse al máximo tribunal: "No es nada despreciable que se mencione mi nombre, pero de allí a que suceda, se verá...".

Desde hace más de un año, Argibay se desempeña como jueza en el Tribunal Penal Internacional (TPI) para los crímenes de guerra del ex régimen de Belgrado encabezado por el hoy detenido Milosevic.

Argibay se reivindica "garantista" y deplora los cuestionamientos que se formulan a esa línea de pensamiento, por la que también es atacado Eugenio Zaffaroni, el casi seguro futuro miembro del alto tribunal: "Si me quieren poner ese cartel lo recibo con mucha alegría y con mucho amor. Las garantías son constitucionales y los jueces juramos defender la Constitución. Es un honor que me llamen garantista, por más que le quieran dar un sentido peyorativo".

La camarista civil Highton de Nolasco eludió hablar sobre su eventual desembarco en la Corte, pero su candidatura (que es vista con buenos ojos por la Asociación de Magistrados) aparece en un plano de igualdad con la de la mendocina Kemelmajer de Carlucci.

Esta última, no obstante, parece contar con menos chances ya que cuando comenzó a circular su nombre afloraron cuestionamientos sobre su actividad y la de algunos familiares, aunque ninguna fuente independiente confirmó esa relación.

La otra jueza que aparece como candidata es Berta Kaller-Orchansky, vocal del superior tribunal cordobés.

La sexta postulante, Ana María Figueroa, es una abogada especializada en derechos humanos e, incluso, militante de organismos defensores de las garantías básicas, dado que ocupa un cargo en el consejo de presidencia de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) a nivel nacional, al tiempo que desde hace años se desempeña como asesora letrada en la APDH-Rosario.

Consultada por La Capital, Figueroa manifestó que supo de su postulación por los medios de comunicación y que hasta el momento no ha recibido ninguna comunicación oficial confirmando esa candidatura, ya sea del Ministerio de Justicia o del mismo presidente Néstor Kirchner.

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Figueroa tiene trayectoria académica y profesional

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