Año CXXXVI Nº 48176
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Campo
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 12/10
Mujer 12/10
Economía 12/10
Señales 12/10
Educación 11/10
Campo 11/10
Salud 08/10
Autos 08/10


contacto

servicios

Institucional

 martes, 14 de octubre de 2003

Está muy grave un alumno de Psicología de 21 años emboscado en Maipú y Pasco
Le pegaron un tiro en la cabeza a un estudiante para robarle las zapatillas
Volvía de un bar. Lo atacaron a 80 metros de su edificio, donde entró descalzo y se desvaneció. Está en coma

María Laura Cicerchia / La Capital

Un joven de 21 años que en el mes de marzo llegó desde la ciudad santafesina de San Justo para estudiar la carrera de Psicología fue baleado en la cabeza cuando volvía a su departamento de Maipú al 1900 para robarle las zapatillas. Ocurrió a unos 80 metros del edificio. Varios disparos interrumpieron el silencio de la madrugada y un plomo le atravesó el cerebro al estudiante. En esa condición el chico caminó hasta su domicilio, logró abrir la puerta y cayó desvanecido en el palier, donde horas más tarde lo encontraron sus vecinos, ensagrentado y descalzo.

Germán Owsianski tiene 21 años y es oriundo de la ciudad de San Justo, ubicada 260 kilómetros al norte de Rosario. El joven se encontraba anoche muy grave en la sala de terapia intensiva del Hospital Clemente Alvarez (Heca). Lo habían inducido a un coma farmacológico y respiraba conectado a una máquina. El proyectil que lo hirió sería de bajo calibre, "presuntamente un 22", según un informante de la policía. La bala ingresó por el parietal izquierdo, realizó un recorrido horizontal que le atravesó el cerebro y quedó alojada dentro del cráneo, señaló el jefe de la comisaría 4ª, Daniel Ríos.

El muchacho se había radicado al inicio del ciclo lectivo en Rosario y cursaba el primer año de la carrera de Psicología en la Universidad Nacional de Rosario. La noche del domingo había ido al bar Sinatra, de Pellegrini y San Martín, junto a un compañero de estudios. Este muchacho les contó a los investigadores que Germán se retiró del local a las 4 del lunes y se fue caminando a su casa, a cinco cuadras de allí. El joven no recordaba qué zapatillas tenía puestas su amigo, pero sí mencionó que había gastado 7 de los 10 pesos que llevaba encima.

El estudiante fue encontrado por sus vecinos alrededor de las 7 de la mañana, tendido boca arriba en el palier del edificio de tres pisos de Maipú 1955. Allí Germán ocupaba el departamento 3º 5 de la torre en contrafrente, donde vivía solo. Tenía contacto ocasional con los otros inquilinos, casi todos estudiantes como él.

En el lugar había manchas de sangre por todos lados: junto al portero eléctrico, en el piso, en una escalera de siete peldaños ubicada en el pasillo de la planta baja y en las paredes.


"Un tiro por nada"
"Escuché voces y cuando me asomé vi al muchacho tirado en el suelo mientras una vecina no dejaba de hablarle. La ambulancia tardó 40 minutos y cuando lo subieron a la camilla respiró hondo", reveló la dueña del salón de belleza Igny, del mismo edificio. La peluquera observó todo desde la mirilla de la puerta y tuvieron que administrarle un tranquilizante para sobreponerla de la impresión.

La policía pudo establecer que a las 6 llegó un vecino que lo bajó de la escalera y lo dejó en el piso al confundirlo con un borracho. Una hora después, otro vecino comprobó que estaba herido de gravedad y llamó a la policía. Una ambulancia del Sies lo trasladó al Heca, adonde ingresó después de las 8.

Cerca del mediodía, el juez de Instrucción Carlos Carbone inspeccionó el lugar junto a los investigadores de la sección Seguridad Personal, de la brigada de Homicidios y la seccional 4ª. "Hay un rastro de sangre de unos 80 metros", dijo el juez antes de revisar el departamento de un dormitorio "típico de estudiantes" donde no encontró desorden ni nada llamativo.

Se supone que el chico fue atacado frente a una casa en venta de Maipú 1883. Allí vive un cuidador que no advirtió ningún movimiento cuando regresó a dormir, alrededor de las 4. "A veces se juntan algunos pibes en la vereda a tomar cerveza, pero anoche no había nadie", reveló Carlos, de 77 años, quien a media mañana no entendía la razón de las manchas de sangre frente a la puerta. "No escuché ningún disparo", dijo extrañado el hombre.

A otros vecinos de la cuadra sí los sobresaltaron varias detonaciones, aunque en sus declaraciones policiales difirieron en cuanto al horario. "Uno cree que los disparos fueron a las 4 y otro a las 6, pero nadie vio nada", sostuvo una fuente.

Mientras los familiares de Germán viajaban a Rosario, tres amigos del estudiante le contaron a la policía lo que había hecho el joven la noche anterior. "Es un loco que no le hacía mal a nadie, que empezó a estudiar este año. Muy buena persona. No estaba borracho, no había consumido ninguna sustancia y le pegaron un tiro por nada", dijo con la voz cortada una compañera del chico que aguardaba en el Heca.

La policía manejaba la hipótesis casi excluyente del robo, pero algunos tramos del episodio permanecían entre sombras: se ignoraba cuánto tiempo transcurrió entre que el chico dejó el bar y lo hirieron y si pudo contar con ayuda para caminar 80 metros y abrir la puerta de su casa con una bala en el cráneo. Algo que, según las fuentes, no es imposible de realizar en caso de ser herido con un proyectil de bajo calibre.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
El juez Carlos Carbone, al salir del edificio.

Notas Relacionadas
Hijo único


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados