| lunes, 13 de octubre de 2003 | Propuestas en nuevos espacios culturales de la ciudad Los siete pecados capitales y un cadáver exquisito rosarino Raúl Gómez expone pinturasen Icaro y una colectivade artistas presenta unaserie fotográfica en Pichincha Fernando Farina / La Capital Raúl Gómez es unos de los pintores rosarinos que adhieren a una línea expresionista que en la Argentina ha tenido y tiene un gran importancia con figuras relevantes y muy reconocidas como Carlos Alonso. Esta forma de concebir el arte toma elementos diversos, aunque el referente principal -se podría hablar inclusive del inspirador- es Egon Schiele, el polémico artista austríaco de principios del siglo XX, que murió muy joven pero vivió intensamente, sufrió la Primera Guerra Mundial y estuvo un tiempo preso acusado de hacer pornografía infantil.
Con esta certeza pasional, la muestra de Gómez en el Instituto de Artes Contemporáneas Icaro (1º de Mayo 1117, casa dos) ya anticipa desde el título que se trata de una exposición donde puede explayarse con total libertad: "Los siete pecados capitales y el mío también". ¿Por qué puede hacerlo? Porque el mismo expresionismo militante del artista apunta sin benevolencia a los límites sociales, aquello que aparece como censura y que él cuestiona persistentemente, con la convicción de que no siente pudor por pintar el sexo de una mujer sino por la corrupción o la pobreza.
El goce Desenfrenado, la muestra aparece como una explosión, donde puede jugar con los aspectos supuestamente banales y pecar abiertamente al hacer del erotismo el motivo de muchas de sus obras. Acaso este lado, que se podría juzgar de algo frívolo y está en el mismo título de la exposición, aparezca atravesando todas las pinturas y sin embargo nunca se podría decir que sus obras son banales o consecuencia de la simple autosatisfacción, aquella de darse placer mientras se dibuja.
Gómez muestra los fetiches, los somete al ritual de los pinceles y deja entrever que detrás de cada imagen, aun las más directas, hay otras cosas, que no se reducen al goce. Y también lo disfruta mucho.
Cadáver exquisito En pleno barrio Pichincha, el Centro de Apertura Multicultural (Suipacha y Jujuy) alberga por estos días un "cadáver exquisito". Para entender de qué se habla hay que remitirse al movimiento surrealista, que puso ese nombre a una creación colectiva según la cual cada integrante realiza una parte de la obra sin conocer las restantes, o sólo tiene algún indicio. Esto se basa en un antiguo juego de salón, en el que las personas van escribiendo a su turno en un papel una palabra, para después doblarlo y pasarlo al siguiente para que siga la oración.
Los surrealistas utilizaron esta técnica también con dibujos y el curioso nombre justamente tiene que ver con el resultado de la primera imagen creada colectivamente: "Le cadavre exquis boira le vin nouveau" (El cadáver exquisito tomará el vino nuevo). La obra, consideraban, ponía de manifiesto el imaginario colectivo. Y así fue que para la historia quedaron varios de esos "trabajos" realizados por Miró, Ernst, Tanguy y Man Ray, entre otros.
Este manera de realizar obras colectivas, en muchos casos incoherentes, fue adaptada a otras técnicas, y ahora el Multicultural ofrece su propia versión fotográfica que, consideran, habla de la identidad. La convocatoria incluyó a los artistas Walter Rerhart, Natalia Taribó, María Luisa Cavallero, Maximiliano Rossini, Aníbal León, Mariana Sissia, Baby Llarull, Hugo Villalba, Luis Vignoli, Diego Martínez, María Laura Bracco, Corina Venegas Daloia, Cristian Grignolio, Gustavo O'Shea, Cristian Di Girolamo y Sofía Korol.
El resultado es una larga tira que recorre horizontalmente las paredes. Tan hermético como exquisito, este cadáver se plantea como otra apuesta fuerte. Las exposiciones anteriores en este nuevo espacio, de juguetes y sobre erotismo, fueron referencias que en la búsqueda de otros planteos y formas de decir, ubican a la propuesta entre las de mayor interés de la ciudad. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Una de las pinturas de Gómez. | | |