| lunes, 13 de octubre de 2003 | Examen de conciencia Los argentinos no tenemos que olvidar que los grandes cambios políticos y sociales no lo realiza un presidente, un Congreso, un Poder Judicial, un gobierno, un partido político. La sociedad entera es la responsable del futuro del país; es en nuestra actividad cotidiana donde tenemos que poner nuestro grano de arena para ir sentando las bases de un crecimiento cívico-moral-económico que nos permita alcanzar el tan deseado estado de bienestar. No importa el lugar en el cual estemos, lo cierto es que cada uno de nosotros desde la responsabilidad social que ocupemos somos los únicos capaces de erigir un país mejor, más justo, menos hipócrita. Los inescrupulosos que nos gobiernan y nos han gobernado desde hace más de medio siglo han sido la expresión de una sociedad enferma de valores éticos que se reflejan diariamente en nuestras actividades. Hagamos un ejercicio y veamos, en nuestro trabajo, en nuestras aulas, en nuestros hospitales, en nuestro municipio, etcétera, cuántos actos de "pequeña" corrupción omitimos, sabiendo que la omisión es el primer gran acto de corrupción. Es triste pero en el hombre hay una profunda tendencia a la corrupción, estamos a la espera de una tentación para despertar. No dejemos que el egoísmo, la codicia, los intereses personales sean más fuerte. Parafraseando a un gran abogado italiano, Antonio de Pietro (artífice de la Mani Pulite), "la justicia empieza en la conciencia de uno mismo, el lado perverso del alma humana está siempre a la orden del día".
Lucas González
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