Entrevista. El titular de la cartera política dijo que jugó a muerte por la candidatura de Obeid

Aníbal Fernández: "Kirchner tiene cojones y vocación"

El ministro del Interior confirmó que no asumirá como diputado nacional. Se viene la reforma política

Carlos Colombo / La Capital

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, se ha convertido en un peso pesado dentro del gabinete de Néstor Kirchner. Negó que el gobierno esté detrás de un proyecto hegemónico y recuerda que el creador de la transversalidad fue Juan Domingo Perón. Fernández confirmó que continuará a cargo de la cartera política y que no asumirá su banca como diputado. Dijo que jugó "a muerte" por la candidatura de Jorge Obeid, aunque "respeta" a Hermes Binner porque fue "un buen intendente" y no descarta que en un futuro pueda sumarse al equipo presidencial. No escatima las frases fuertes y, a pesar de que explicó que sus palabras no estaban dirigidas sólo a Carlos Reutemann, insistió en que "la política no es para cagones" y aseguró que el presidente tiene "vocación y bolas" para sacar el país adelante.

-¿Ya decidió no asumir como diputado nacional?

-Hablé con el presidente y le planteé que había sido electo diputado y que él me tenía que decir qué esperaba de mí. Me dijo que aspiraba a que me quedara con él y es suficiente, lo doy por hecho.

-A partir de la gestión de Kirchner muchos hablan de transversalidad y hegemonía.

-Nosotros concebimos hegemónico a aquel que busca el poder por el poder mismo, más no para generar construcción política. Hegemónico es aquel que se animó a hacer una alianza en el 97 y el 99 para ganarle al peronismo y después no sabía qué hacer con ella. Cuando el presidente Kirchner construye poder, primero piensa en quiénes se le parecen. El ejemplo es Capital Federal: cuando buscó a Aníbal Ibarra tenía 15% de intención de voto, no fuimos a buscar al que ganaba, fuimos a buscar al que pensaba como nosotros. No creo que eso sea hegemónico. El autor de la transversalidad es el magisterio conceptual de Juan Perón, él sentó a Angel Gabriel Borlengui en el Ministerio del Interior y a Gerónimo Remorino en la Cancillería, uno del socialismo y el otro conservador hasta la médula. Si bien nosotros no planteamos una concepción movimientista, uno tiene la obligación de abrir los brazos generosamente para los peronistas viscerales y dejar una franja para aquellos que intentaron llegar a una Argentina común que nos comprenda.

-Pero no aparece claramente la oposición al peronismo.

-Eso no es culpa de Kirchner. En todo caso es culpa de la oposición, que no logra la atención del electorado.

-Mucho se dijo sobre algunos sectores del gobierno de Kirchner que impulsaban la candidatura de Binner en detrimento del PJ.

-Puede ser que alguna persona aislada del gobierno haya visto esa opción, nosotros tenemos mucho respeto por Binner porque fue un buen intendente y tenemos la obligación de decirlo. Pero yo y todos los compañeros que están a mi lado jugamos a muerte con Obeid. Eso no implica desmedro ni descalificación para Binner, significa que tenemos un sentido de pertenencia muy fuerte y que lo reivindicamos como tal. Ahora, si Binner forma parte de una posible transversalidad a futuro, porque es un hombre que piensa cercano a la forma de construir política a nosotros, es posible.

-Los que apoyaron el modelo neoliberal de los 90 ahora dicen que este gobierno no tiene plan económico.

-Si por plan económico llaman a las expresiones grandilocuentes de un ministro en campera en el auditorio del Banco de la Nación dando conferencias los sábados a la tarde, no, ni en pedo, no tenemos nada que ver con eso. Ahora, si quiere saber si tenemos política monetaria, fiscal, control del gasto, aumento sustancial de la recaudación, crecimiento, disminución de la desocupación y la indigencia -existen 500 mil indigentes menos- no sé qué es un plan económico. No van a encontrar política de shock de un día para el otro con manu militari, vamos a seguir con esta política gradual.

-Hay un tema del que mucho se habló y poco se hizo, como es la reforma política.

-Estamos trabajando. La parte electoral corresponde a nuestro ministerio y vamos a tener a corto plazo los primeros palotes. Vamos sin prisa pero sin pausa, no nos vamos a detener en lo que signifique modificación de cantidad, calidad y forma de selección de la política, para nosotros es muy importante eso.

-Algunos hablan de que Kirchner puede encabezar un tercer movimiento histórico.

-Me parece que es demasiado ambicioso. Kirchner dice de sí mismo "no soy un estadista, soy un hombre común con responsabilidades importantes". Estoy podrido de los que califican primero y después se mancan en el camino, como estoy seguro de que éste no se va a mancar porque tiene decisión y bolas para llevar adelante el cambio que los argentinos están esperando. Cuando lo produzca, dejemos la libertad de la calificación a quién quiera. Mientras tanto pongámonos a laburar porque los argentinos no viven más de la palabra.

-Alguna vez usted dijo que "la política no es para cagones", y eso cayó bastante mal en los círculos reutemistas.

-Yo lo decía porque había que tomar decisiones muy fuertes en esos momentos. No estaba de acuerdo con el llamado a elecciones que hacía el presidente Eduardo Duhalde en ese momento, pero una vez tomada la decisión, saludo uno, y soy el primer soldado que lo defiende. Pero en aquel momento se necesitaban gestos muchos más gruesos, y a lo mejor era un poco para Reutemann, pero también para otros. Sigo creyendo que la política no es para cagones, cuando la patria llama a meter cuchillo, hay que meterlo, acá no hay lugar para dudar, y en aquel momento yo sentía que faltaban gestos de un montón de hombres que podían haber escrito la historia. No tienen que enojarse.

"La política no es para cagones", sostuvo.