| domingo, 12 de octubre de 2003 | Buscan al mellizo del chico al que acusan de asesinar a su padrastro Por el crimen de Gustavo Artigas también hay un peón que está prófugo. La mamá del imputado fue liberada La policía continuaba ayer con la búsqueda del hermano mellizo del adolescente que asesinó de tres disparos a su ex padrastro, el abastecedor de carnes Gustavo Artigas, en una chacra de Piñero, frente a la presunción de que hubiera tenido alguna participación directa en el episodio. También era un misterio el paradero del cuidador de ese lugar, al que tampoco se pudo ubicar. Los investigadores especulan que el muchacho se marchó hacia un sitio desconocido ante el inminente descubrimiento del homicidio por el que también está detenido Martín, el mayor de los tres. En cuanto al peón, no descartan ninguna posibilidad. Incluso que esté muerto.
A la vez, la madre de los muchachos, que en principio estuvo sospechada de ser la instigadora del crimen, recuperó su libertad a última hora de viernes ya que no se pudo probar esa actitud. A María Enriqueta Donadío "le caben las generales de ley. Al ser madre del imputado, el juez la tuvo que excarcelar porque ese lazo sanguíneo la justifica para no declarar en contra de su hijo", comentó un vocero de la investigación. De todas maneras, la mujer dijo que no se enteró de lo que había hecho su hijo hasta la llegada de la policía a su casa.
Artigas murió al recibir de tres disparos -dos en abdomen y uno en la cabeza- efectuados por el chico de 17 años, uno de los tres hijos de su ex mujer. Según consignaron fuentes de la investigación, el chico ejecutó a la víctima "en venganza" por las palizas que le propinaba a su madre. El hecho ocurrió el jueves después del mediodía.
El adolescente se comunicó con el ex compañero de su madre para "hablar con él" y ambos habrían acordado tener la conversación en la chacra que Artigas arrendaba en la zona rural de Piñero.
La investigación estableció que Artigas pasó a buscar a el chico de 17 años por Blandengues y San Martín. De allí fueron hacia el campo. En ese lugar, el muchacho asesinó al matarife con tres disparos de un pistolón. Después se comunicó con sus hermanos y les dijo: "Lo maté a Gustavo". Martín Diéguez, de 18 años, y el mellizo del menor llegaron a la chacra aparentemente cuando el hecho ya estaba consumado.
La reconstrucción del hecho señala que Martín se hizo cargo del Renault Megane color blanco de Artigas que llevó hasta Fray Luis Beltrán, donde lo abandonó. Los mellizos, en tanto, retornaron a Rosario en una Ford F 100. Toda la trama se descubrió a partir de la denuncia por averiguación de paradero que radicó Carina Dagostino, la actual pareja de Artigas, radicó el jueves al noche en la subcomisaría 20ª.
Algunos cabos sueltos
Los investigadores policiales aseguran que el caso está resuelto, pero quedan algunas dudas sueltas. Por ejemplo, el hermano mellizo del presunto homicida todavía no pudo ser localizado. Si bien se sabe hasta ahora que el menor estuvo solo cuando ejecutó a Artigas, su mellizo al menos habría estado al tanto de lo que sucedió, al igual que Martín. Con relación a este último, el juez Juan José Pazos decidió dejarlo preso porque todavía tiene dudas sobre su participación. Mañana le tomará declaración en su despacho de los tribunales.
Otra cuestión oscura es el paradero de Carlos Alberto González, el cuidador de la chacra donde ocurrió el crimen. Todo hace prever que el peón vive y trabaja en ese lugar, por lo cual se sospecha que al menos vio o sabe algo del asunto. Esto lo convertiría en un testigo muy importante para la causa judicial. La última vez que lo vieron cerca de allí fue el miércoles, es decir un día antes del asesinato. Desde entonces nadie sabe con certeza dónde está. Si bien no se descarta que González también haya sido asesinado, los pesquisas se inclinan por pensar que huyó asustado.
Las tareas de rastrillaje sobre el lecho del arroyo Saladillo, a la altura del puente de la ruta 178, donde supuestamente el menor arrojó el arma homicida aún no dieron resultados positivos. Las fuentes consultadas ayer remarcaron que ese sector del curso de agua tiene unos cuatro metros de profundidad, lo que dificultaba el trabajo de los buzos tácticos de Santa Fe y de los bomberos Zapadores.
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