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 domingo, 12 de octubre de 2003

El gas que convulsiona a Bolivia

Jorge Lewinger

La Paz. - Los ex presidentes Hugo Banzer, Jorge Quiroga y ahora Gonzalo Sánchez de Lozada soñaron que las inmensas reservas de gas detectadas en Bolivia cambiarían la suerte de sus gobiernos y no imaginaron que, en cambio, desatarían una tormenta social. Gracias a las reservas de Tarija, junto a la frontera con Argentina, la disponibilidad de gas de Bolivia saltó en pocos años de 5 a 53 trillones de metros cúbicos, lo cual ubica al país sólo detrás de Venezuela.

Este boom hizo que el ex presidente Jorge Quiroga -quien completó el mandato del fallecido Banzer- bosquejara para su país un "destino" especial, basado en su condición de estratégico proveedor de gas de Brasil, Argentina y EEUU. "Bolivia tiene un destino que es servir de centro de articulación entre los dos procesos de integración de alcance continental (la Comunidad Andina y el Mercosur)", afirmó en octubre de 2001 el entonces canciller de Quiroga, Gustavo Fernández.

El proyecto, explicaba hace dos años, implica una inversión de unos 6.000 millones de dólares y requiere la construcción de un gasoducto desde Bolivia hasta el Pacífico, por Chile o Perú. Bolivia, con esas reservas conocidas, está en condiciones potenciales de abastecer todas las necesidades de gas de Brasil, que vivió en 2001 el colapso de su sistema energético basado en la hidroelectricidad. También podría resolver la crisis energética de la quinta economía del mundo: el estado norteamericano de California.


Reservas estratégicas
Pero sindicatos urbanos y campesinos, otras organizaciones sociales, indígenas y de derechos humanos, políticos opositores y hasta militares y policías en retiro también consideraron que las reservas gasíferas son "estratégicas", al tiempo que exigieron "recuperarlas" para el país. De esta convergencia surgieron diversos intentos unificadores, entre ellos el llamado Estado Mayor del Pueblo Boliviano (EMPB). No sólo rechazan la exportación del gas sin industrializar por Chile, sino el monopolio del beneficio para las petroleras internacionales que dejarían al país muy escasas regalías, dijo el dirigente de la mayor fuerza opositora, el diputado Evo Morales. "Estamos dispuestos a exportar, pero no en estas condiciones", declaró Morales, el líder del Movimiento al Socialismo (MAS). "Porque así (con el proyecto que rechazan) el Estado recibiría 50 millones de dólares por año, pero si fuera nuestro (el gas) se beneficiaría con 1.300 millones de dólares", sostuvo.

Por su parte, José María Ranero Díaz, principal ejecutivo en Argentina de Repsol YPF -la empresa que encabeza el consorcio para exportar el gas boliviano-, en respuesta a estas críticas, dijo confiar en que el "sentido común" se imponga en Bolivia. "Lo lógico sería que todo el mundo entienda que es una forma de generar riqueza para el pueblo", argumentó Ranero.

Con anterioridad, el gerente general de la empresa española en Bolivia, José María Moreno, subrayó que, técnicamente, la exportación del gas boliviano por "Mejillones (en Chile) es la opción más racional". Moreno eludió pronunciarse sobre otras impugnaciones formuladas al multimillonario proyecto exportador por las entidades sociales y políticas que se oponen al mismo.

El gobierno de Gonzalo Sanchez de Lozada se mantiene acosado por manifestaciones en reclamo de su renuncia mientras La Paz, sede del gobierno de Bolivia, es amenazada por el desabastecimiento de combustible y alimentos después de más de tres semanas de protestas sociales, que ya causaron 8 muertos. Las protestas buscan obligar al presidente a renunciar, así como dejar sin efecto la exportación de gas. (Télam)

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