| domingo, 12 de octubre de 2003 | Plantas medicinales Cuidados de la piel al sol Durante la primavera y el verano es habitual una mayor exposición a los rayos solares. Los días son más largos, la temperatura es más agradable y tratamos de disfrutar de momentos de esparcimiento con actividades al aire libre. Si bien el sol es un aliado de nuestra salud porque permite que fijemos las vitaminas A y D; porque mejora el aspecto de las pieles muy grasas y brinda energía y vitalidad, las exposiciones prolongadas pueden afectar la salud.
Los más perjudicados son los niños. Debido a las actividades de juego y recreación, a la práctica de deportes y las horas de ocio, los pequeños están en contacto con el sol tres veces más que los adultos.
Al peligro de las quemaduras, del golpe de calor y la deshidratación que estas exposiciones prolongadas producen, se suma el riesgo del cáncer de piel que en algunos países afecta a uno de cada 200 niños.
Una mayor cantidad de horas recibiendo los rayos ultravioletas alteran el sistema inmunológico. Cuanto a más temprana edad nos exponemos a las radiaciones solares, mayores son los riesgos porque las dosis de radiación son acumulativas. Por esto, a menor edad, más intensa debe ser la protección, sobre todo en las personas de piel blanca.
Algunos consejos para tomar sol sin riesgos:
* Evitar la exposición al sol durante mucho tiempo.
* No tomar sol de 11 a 15. Si en este horario se está al aire libre, colocar protectores solares de marcas reconocidas con factor 30 a 40 de acuerdo al tipo de piel y usar sombrero de ala ancha.
* Para broncearse usar filtros de protección 15 a 30 según al tipo de piel. Se recomienda que sea resistente al agua y renovables cada dos horas.
* Tomar mucho líquido con minerales para evitar la deshidratación producida por los rayos infrarrojos que generan calor.
* Consultar con el médico si se puede tomar sol cuando se está medicado. Muchos medicamentos potencian los efectos del sol.
* Algunos perfumes, cremas, jabones, edulcorantes y las pastillas anticonceptivas producen fotosensibilidad.
* Hay alimentos que ayudan a acentuar el bronceado porque contienen beta carotenos. Entre otros, se trata de las zanahorias, calabazas, pimientos, maíz, espinaca, hinojo, las coles (repollo, coliflor, brócoli), acelga, achicoria, lechuga, berro, y frutas como la cereza, la ciruela, el durazno, el damasco, la sandía, el tomate o el mamón.
Botiquín para las quemaduras
En casos de enrojecimiento, salpullido o quemaduras leves de sol, se pueden usar:
* Compresas con infusión de flores de caléndula y de lavanda: primero ducharse con abundante agua durante 10 minutos. Preparar una infusión con una cucharada sopera de cada una de las flores secas agregando agua hirviendo. Tapar y dejar reposar hasta enfriar. Si las flores son frescas utilizar 2 cucharadas por litro de agua. Colocar la infusión en un recipiente limpio de boca ancha y sumergir un paño o gasa lavado que no desprenda pelusa y colocar las compresas en la zona más afectada. Repetir 3 veces en el día. Las flores de lavanda pueden ser suplantadas por 5 a 10 gotas del aceite esencia de lavanda puro, natural y completo.
* Gel de aloe: después de higienizar muy bien la zona afectada, colocar una capa de gel de aloe. Repetir la operación dos veces al día. Este gel es brillante, incoloro, sabor amargo y se obtiene pelando una hoja de aloe y sacándolo con una cucharita. Utilizarlo fresco y extraer la cantidad justa para cada aplicación. No es necesario cortar la hoja para extraer el gel así se mantendrá la planta por más tiempo.
* Para el hinchazón de los ojos son muy buenas las compresas de flores de caléndula.
Griselda T. Franchini
Farmacéutica
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