| miércoles, 24 de septiembre de 2003 | Crucial salida para un laberinto llamado Irak La primera Asamblea General de la ONU reunida desde la guerra y la ocupación de Irak recogió ayer las diferencias en torno de esa acción unilateral. Pero también dejó ver que la actual prioridad de la Casa Blanca, más que la polémica, es buscar consensos para salir del atolladero en que se convirtió el país del Golfo Pérsico.
El presidente George Bush convalidó todo lo actuado por Estados Unidos, pero admitió las diferencias entre los miembros de la ONU previas a la guerra y los exhortó a "avanzar" ahora para reconstruir Irak.
Podría decirse que, en materia de "principios", su respuesta fue blanda frente a las objeciones frontales del secretario general de la ONU, Kofi Annan, a la doctrina de la guerra preventiva.
"Lo que me preocupa es que, si estas acciones fueran adoptadas, podrían sentar un precedente que llevaría a una proliferación del uso unilateral e ilegal de la fuerza, con o sin justificación creíble", explicó Annan.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, también se contó entre quienes hicieron oir su rechazo. Con Bush como implícito interlocutor, agregó que no se puede esperar que ahora la ONU se "convierta en un organismo que limpia los escombros de las guerras que no pudo evitar". Si bien el norteamericano replicó estos argumentos, privilegió la búsqueda de acuerdos.
Ni ante la Asamblea, ni en la reunión bilateral que mantuvo con el presidente francés, Jacques Chirac, Bush quiso recrear el debate (áspero en la primera parte del año) sobre el "unilateralismo", principal objeción gala y de otros países.
Chirac, pese a confirmar que persisten las diferencias, aclaró que éstas fueron transmitidas "en forma positiva". Y deseó "que los estadounidenses tengan éxito" en Irak.
Sí reafirmó que el Consejo de Seguridad es el que debe autorizar el uso de la fuerza y que el "multilateralismo" sigue siendo el medio "clave" para resolver los problemas mundiales.
Todo indica que la Asamblea, por debajo de las diferencias que persisten, deja ver a las grandes potencias involucradas en la búsqueda de consensos sobre el futuro de Irak.
En tanto, Lula y su par peruano, Alejandro Toledo, coincidieron en formular un enérgico llamado a la comunidad internacional para que coopere en la lucha contra la pobreza y el hambre. enviar nota por e-mail | | |