| miércoles, 24 de septiembre de 2003 | De conscripto en la marina a la fama en TV La historia de Ronnie Arias tiene sus matices. Horacio (ése es su nombre real) tiene 41 años, se fue de su casa paterna a los 16 años, estudió cine, cantó en bares fuera del país, y poco a poco se fue acercando al periodismo, casi accidentalmente. Por ser clase 1962 le tocó hacer el servicio militar en plena época de la guerra de Malvinas. "No fui al frente", dijo en diálogo con La Capital con su eterno doble sentido, "pero formé parte de la Marina en el sur argentino". Considerado un autodidacta en su oficio de reportero, a veces se sorprende de todo lo que logró en la pantalla chica. "Empecé a laburar en serio a los 30. Si arrancaba antes hoy sería Susana Giménez", ironizó. Su homosexualidad, lejos de convertirse en un impedimento, se convirtió en un as de espadas en su trabajo cotidiano. "Es como tener un par de tetas grandes, lo mío llama la atención. Y permite entrar en un juego que antes no se había jugado con la gente", destacó.
Sin embargo, no todo es rosa. "Siempre me planteo qué le pasará al público del otro lado de la pantalla. A veces tanta exposición me da más miedo a hartar que al fracaso", se sinceró. Y agregó: "No sé si lo que hago es muy digerible para todo el mundo, pero en la calle me acepta tanto la mujer de la alta sociedad como el ama de casa". Respecto a un posible salto a la conducción, él quiere ir paso a paso. "Me gustaría pasar a la conducción, pero con un formato probado, y sin acelerarse", apuntó, mientras sigue evaluando propuestas laborales de algunos de los canales de aire más importantes del país. La ficción también atrae a Ronnie, pero prefiere ser más cauto aún: "Me encantaría hacer un personaje, pero creo que sólo podría hacer de loco porque soy muy mal actor". enviar nota por e-mail | | |