| domingo, 14 de septiembre de 2003 | Sabores del mundo: Bacalao y vinos verdes en las azores Enrique Andreini / La Capital Y para demostrar a los hombres que el paraíso realmente existe, en la inmensidad del océano Atlántico se encuentran las islas Azores, un archipiélago formado por pequeñas formaciones de origen volcánico: San Miguel, Santa María, San Jorge, Terceira, Pico Faial, Graciosa, Flores y Corvo. Y como todas las cosas bellas de la vida tiene una historia llena de misterio.
Se cree que este grupo de islas, cuyo punto máximo sobre el nivel del mar se encuentra en Ponta do Pico, a 2.351 metros, es el último vestigio del continente perdido de la Atlántida. Mito o mera suposición, algún día lo sabremos.
Maravillas del planeta Cada una de las islas presenta una personalidad y morfología propias. Cráteres apagados, microclimas, playas maravillosas, pájaros exóticos, fuentes termales y un ambiente todavía no contaminado, las convierten en una de las maravillas que encierra nuestro planeta.
Su estratégica ubicación, a mitad de camino entre Europa y América, las convirtió durante la Segunda Guerra Mundial, en valiosas bases aeronavales de los aliados.
Acceder a este paraíso perdido supone que usted decida romper con la rutina cotidiana y enfrentarse a un mundo diferente, pacífico y amable, donde el único interés de sus habitantes es que el visitante se deje acariciar por el tibio sol, sumergirse en sus aguas limpias y transparentes y compartir su sencilla conversación.
Los aventureros encontrarán un sinfín de posibilidades, sobre todos los más arriesgados que no teman enfrentarse a la fuerza de un descomunal tiburón, pero embarcado en una moderna embarcación, las posibilidades, estarán sin duda a su favor.
Deliciosos bocados La gastronomía en las islas es sencilla, simple, basada fundamentalmente en los productos que tan generosamente ofrece el mar: pescados y mariscos. Entre los primeros, el bacalao ocupa un lugar privilegiado, preparado por decenas de maneras diferentes. Aun en sus formas más elementales es un bocado delicioso.
También gozan de merecida fama la gran variedad de carnes de ternera y de cabritos, a los que, por las características de los pastos de las islas, impregnados de sal marina, le otorgan un sabor peculiar y atractivo. La misma influencia marina sazona naturalmente a los excepcionales quesos que se elaboran en el archipiélago.
Y para acariciar el paladar del visitante, sus deliciosos vinos, especialmente el "vinho verde", los que no deben su nombre al color del vino, sino a la edad del mismo (se embotellan y se ponen a la venta siendo muy jóvenes). Incluso algunos son ligeramente espumosos debido a que terminan de fermentar en botella.
La pastelería, verdaderamente artesanal, ofrece simples y deliciosas tartas de frutas tropicales.
Los amantes de la buena cocina no se sentirán defraudados, encontrarán en las islas, una comida sencilla y a la vez diferente. enviar nota por e-mail | | |