Rugby: Arbizu podría perderse el Mundial

Pablo F. Mihal / La Capital

El reloj marcaba casi 20' en la etapa inicial cuando Lisandro Arbizu, que le cerraba la cancha a Luciano Bossino en uno de los pocos ataques tucumanos, se lesionó. El primer diagnóstico fue un esguince de rodilla pero aparentemente sería peor: estaría comprometido el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, lesión que si se confirma con los resultados de la resonancia dejaría al capitán de Los Pumas sin su cuarto Mundial. El futuro pende de un hilo y encima se espera lo peor.

Si esto sucede sería un golpe que será muy duro de digerir, no solamente por lo que Arbizu aporta como jugador con su basta experiencia, sino (y fundamentalmente) por lo que significa dentro y para el grupo.

No obstante, para Los Pumas, la vida continúa. La decisión del cuerpo técnico integrado por Marcelo Loffreda y Daniel Baetti de llevar 13 backs se tomó teniendo en cuenta la polifunción y la polivalencia de los jugadores, que en su gran mayoría pueden desempeñarse en distintos puestos sin que el rendimiento del equipo merme.

Ahora esta contingencia hace que el mapa de backs cambie. Si se comprueba la peor el cuerpo técnico tiene varias opciones para cubrir su lugar las que van desde Orengo, Felipe y Manuel Contepomi, Manasa Fernández Miranda, Senillosa, hasta Núñez Piossek. Seguramente sería convocado Martín Gaitán, quien ya reemplazó a Arbizu cuando éste se lesionó antes de realizar la gira por Sudáfrica. Otro nombre en danza es el de Bernardo Stortoni, aunque éste es más wing/fullback que centro.


Un líder en la mala
Lo cierto es que si Arbizu no llega Los Pumas, a 26 días del comienzo del Mundial, pierden a un gran líder. Su carrera deportiva así lo marca: Debutó en 1990 contra Irlanda, es el capitán más joven que tuvieron Los Pumas y es uno de los pocos que superó la barrera del centenar de partidos defendiendo la camiseta albiceleste. Con el yaguareté en el pecho disputó los Mundial de 1991 en Inglaterra, de 1995 en Sudáfrica y el de 1999 en Gales.

Clínicamente, si está comprometido el ligamento cruzado, la recuperación demandará al menos seis meses y Arbizu no jugará el Mundial, por lo que Los Pumas viajarán a Australia con un león menos en el centro de la cancha. La confirmación de estudios más exhaustivos y la posterior decisión del cuerpo técnico darán el último veredicto.

Arbizu está pasando un momento muy difícil.