| domingo, 14 de septiembre de 2003 | ¿Una reedición del aún impune caso Palme? Gael Branchereau Estocolmo. - Tres días después del asesinato de la canciller de Suecia, Anna Lindh, los investigadores corren contra el tiempo para identificar y detener al asesino, presionados por el fantasma de la hasta ahora impune muerte del primer ministro Olof Palme producida hace 17 años. El recuerdo del asesinato de Palme apareció de inmediato al conocerse la agresión contra Lindh, quien fue apuñalada el miércoles en un centro comercial de Estocolmo y falleció un día después a causa de las heridas. Los asesinatos de Palme y Lindh constituyen los únicos crímenes de responsables políticos conocidos en Suecia.
Ambos dirigentes, regularmente asociados por su filiación de ideas y ahora de destino, fueron atacados a pocos cientos de metros uno del otro mientras caminaban sin guardaespaldas por el centro de la capital sueca. En ambos casos se trató de un asesino que actuó solo y que, según los perfiles establecidos, sería un marginal acostumbrado a frecuentar los tribunales. Ninguno fue hallado hasta el momento.
Los mismos errores Las similitudes entre los dos crímenes son numerosas, como testimonia la polémica sobre la acción de la policía en los minutos que siguieron a las agresiones. La investigación sobre la muerte de Lindh ha sido, además, confiada a Agneta Blidberg, la fiscal responsable, desde noviembre de 2000, de la investigación por la muerte de Palme. "Los mismos errores una vez más", "la policía secreta no cumple su misión", "la policía difundió informaciones erróneas", son algunos de los títulos de la prensa de estas últimas 48 horas. La policía, al igual que en la noche del 28 de febrero de 1986 y bajo el fuego de las críticas por no haber sabido proteger a los dirigentes, se tomó más de dos horas para lanzar un pedido de búsqueda.
El asesinato de Palme nunca fue esclarecido en parte a causa de las fallas de los investigadores al comienzo de la investigación. Tras las muerte de Lindh, numerosas voces se levantaron para denunciar la lentitud en la investigación, pero la policía se defendió al asegurar que el aviso de búsqueda no podía ser lanzado antes de tomarle declaración a los testigos del hecho. La portavoz de la policía, Stina Wessling, admitió empero que el tiempo les jugaba en contra. "Es evidente que más el tiempo pasa, más las posibilidades de atraparlo se reducen", dijo.
La polémica aumentó ayer con la publicación por parte de los tabloides Aftonbladet y Expressen de extractos de una secuencia grabada por una de las 60 cámaras de videovigilancia del centro comercial Nordiska Kompaniet tres minutos antes de la agresión contra Lindh. La foto de un hombre publicada por los dos diarios fue difuminada, pero el parecido con los datos aportados por los testigos es asombroso. La publicación de esas fotos "podría reducir a la nada las posibilidades de ver al asesino frente a la Justicia", dijo Agneta Styrwoldt-Alfheim, de la policía de Estocolmo. (AFP) enviar nota por e-mail | | |