| sábado, 30 de agosto de 2003 | Bossert admitió el desprestigio de la Justicia "Algo sucedió en los años 90 que arrastró hacia abajo el prestigio" de la Justicia fue la enfática afirmación del ex ministro de la Corte Suprema Gustavo Bossert, en una disertación que pronunció ayer en Rosario con motivo del Día del Abogado.
Bossert disertó en el auditorio del Colegio de Abogados como cierre de los actos conmemorativos, que incluyeron un discurso del presidente de la institución, Mario Holand, homenajes a letrados fallecidos y una distinción por sus 50 años de ejercicio profesional a Oscar Adolfo Borgonovo.
Nacido en Rosario, Bossert se incorporó a la Corte nacional como consecuencia del Pacto de Olivos, que amplió su composición a nueve jueces, y renunció el año pasado -aunque era el miembro menos cuestionado-, después de que el Congreso desistiera del intento de juicio político masivo a todos sus integrantes.
Ayer, en el marco de una exposición destinada a evocar sus años como abogado -42 en total- afirmó que "los números no mienten, las encuestas demuestran que la Justicia sufrió en los años 90 una pérdida enorme en el respeto de los ciudadanos. Con una inmensa mayoría de jueces probos, independientes y esforzados, presupuestos que siempre son insuficientes, empleados meritorios que no cobran, numerosos funcionarios que trabajan más allá del horario exigido, lo que seguramente no ocurre en otra oficina pública, algo sucedió, sin embargo, en los años noventa, que arrastró hacia abajo el prestigio de todos".
Bossert descartó toda magnificación periodística de lo ocurrido en ese período al sostener luego que "no diría" que "fue la deformación del periodismo y la ignorancia de la gente lo que produjo esa caída". "No -insistió-, algo ocurrió en los años noventa".
Más crítico aún, destacó que "la gente leyó en los periódicos y oyó indignada noticias sorprendentes que venían de la Justicia, incomprensibles sobreseimientos en causas penales seguidas a personajes importantes de la época, sentencias reñidas con la libertad de prensa, con los derechos de los jubilados, con las facultades de las legislaturas de provincia avasalladas por algún poder de la Nación, fallos que interesaban al poder político y que a la luz de la razón no era posible conciliar con la Constitución".
Sobre el futuro de las leyes del perdón, el jurista señaló: "En el fondo de mi alma, y de aquí hasta que me muera, voy ser contrario a las dictaduras... Pero no me hagan hablar de la Corte". enviar nota por e-mail | | |