| miércoles, 27 de agosto de 2003 | Plan nacional que promueve la donación periódica de sangre Hace más de un año que vienen trabajando para mejorar la provisión. Pretenden que la población done voluntariamente al menos dos veces por año Belén Travesaro / La Capital En nuestro país no hay una cultura relacionada con la donación de sangre. Por lo general una persona lo decide sensibilizado por la necesidad de un ser querido o un familiar. Pero no lo hace en forma sistemática. El Plan Nacional de Sangre se propone concientizar a la población para que comience a prestar su sangre voluntariamente al menos dos veces por año. Los objetivos son mejorar la provisión en cantidad y calidad. Dicho plan fue creado en febrero del año pasado para organizar el sistema nacional de hemoterapia y así lograr servicios seguros que permitan alcanzar la autosuficiencia en productos sanguíneos. Su director es el doctor Daniel Fontana, ex coordinador del programa de hemoterapia de la provincia de Buenos Aires.
Las responsables del programa de promoción de la hemodonación son la doctora Mabel Maschio, secretaria de la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología, y la profesora Gabriela Fernández Cid, ambas de Buenos Aires, quienes estuvieron en Rosario en oportunidad de las Primeras Jornadas Regionales de Medicina Transfusional. En diálogo con La Capital explicaron los principales objetivos de la estrategia.
Entre otros fines, el programa se propone revertir la desinformación que existe en relación a la importancia de la donación de modo sistemático. Con ese objetivo asigna promotores en los servicios de hemodonación provinciales para que asesoren a la población.
"El donante habitual garantiza la seguridad transfusional. Una persona que dona cada dos o tres meses es conocida, está bien asesorada y cualquier cambio en su salud lo manifestará al médico. Por lo tanto disminuye el riesgo de enfermedades transmisibles como el sida y la hepatitis. No ocurre lo mismo con alguien que dona esporádicamente, que carece de un seguimiento", explicó Maschio.
Eslabones de una cadena La donación es el primer eslabón de la cadena de procesos que abarca la hemoterapia. Involucra las acciones de educación comunitaria, planificación de la práctica, selección del donante y extracción de sangre o sus componentes plasmáticos y celulares por medio de métodos manuales, mecánicos u otros.
El proceso que le sigue es la preparación de productos sanguíneos, que incluye la separación de la sangre en sus componentes plasmáticos y celulares, la producción de hemoderivados y la calificación biológica que comprende los estudios inmunohematológicos y la detección y control de las enfermedades transmisibles por la sangre.
El último eslabón es la transfusión, que engloba la indicación transfusional, sus evaluaciones clínicas y de laboratorio previas y posteriores.
En nuestro país la hemoterapia se ha desarrollado fortaleciendo únicamente la preparación de los productos sanguíneos, dedicándose escasos esfuerzos a la gestión de la donación y la transfusión. Es una realidad la clásica imagen del especialista recluido en su laboratorio a la espera que algún familiar del enfermo obtenga los donantes.
Este plan nacional busca ofrecer la atención integral del donante mediante la creación de centros regionales que tendrán a su cargo los dos primeros procesos (donación y preparación de productos). Los centros trabajarán el procesamiento de las unidades de sangre donadas (no menos de 100 unidades diarias), y dispondrán de una gran variedad de hemocomponentes para asistir a las unidades de transfusión intrahospitalaria y a la industria de hemoderivados.
Nuestra ciudad no cuenta con un centro regional aunque sí dispone de un banco de sangre municipal, que estudia y controla los productos provenientes de los hospitales y se responsabiliza por su seguridad y calidad. Es un ámbito creado para incentivar la donación voluntaria y repetida, y garantizar sangre equitativa para la comunidad. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Un donante disminuye el riesgo de enfermedades. | | |