 | lunes, 25 de agosto de 2003 | Discriminada por pensar distinto Fui al encuentro de mujeres autoconvocadas porque me interesa ya que estoy trabajando, al igual que muchas/os con gente de bajos recursos, así como la educación de nuestros hijos. Fue realmente fuerte sentir la discriminación por mi religión, por como elijo vivir mi sexualidad. Lo más triste de esto es que la gran mayoría de mujeres no fueron a encontrarse sino a pelear, a imponer una postura sin dejar lugar para el debate, y lo más grave, a hacer política partidaria de la peor, de esa que todos estamos cansados. Está bien que ellas se organicen, pero no las que piensan distinto. Y por esto repudiaron a la Iglesia, porque organizó a sus mujeres para que participen. Si no querían permitir que alguien piense distinto, por qué no se juntaron con los que piensan igual. Aparentemente, según sus criterios, las mujeres católicas ya estuvimos representadas en el gobierno con la dictadura militar. Ellas se endilgan que han sido las únicas reprimidas en el Proceso. Sepan que muchas familias católicas, judías, musulmanas, y de otras religiones y también de condición social alta y baja sufrieron en carne propia la pérdida de familiares y amigos, la discriminación y el miedo. ¿Para esto nos juntamos?
DNI 7.351.137
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