| domingo, 24 de agosto de 2003 | Caminatas y ejercicios para evitar fracturas de cadera Incrementar el tiempo dedicado al ejercicio físico, aunque sea en dosis moderadas, puede proteger a las mujeres post menopaúsicas de sufrir una fractura de cadera. Caminar, la actividad más frecuente entre este grupo de mujeres, es una buena opción para aquellas que deseen incrementar su masa ósea y reducir las posibilidades de sufrir una fractura.
Los efectos benéficos del ejercicio físico ya habían sido puestos de manifiesto con anterioridad. De hecho, no es la primera vez que un trabajo científico alaba las ventajas de la actividad física.
Investigaciones anteriores ya hablaban de que el riesgo de fractura de cadera podría llegar a reducirse de un 20 a un 50% mediante ejercicio regular. La mayor parte de estas lesiones son debidas a una caída y, según apuntan estudios previos, el deporte entre la población adulta previene las caídas y aumenta la densidad del fémur.
En esta ocasión, un grupo de científicos de la Universidad de Harvard evaluó los niveles de actividad de más de 61.000 mujeres con edades comprendidas entre los 44 y los 70 años. Durante doce años, 61.200 enfermeras post menopaúsicas de once estados americanos, fueron estudiadas para analizar el riesgo de fractura en relación con sus niveles de ejercicio.
Después de ajustar los niveles de masa corporal, consumo de tabaco, dieta y tratamiento hormonal, los científicos concluyeron que aquellas mujeres que caminaban semanalmente al menos una hora podían reducir cerca de un 6% el riesgo de sufrir una fractura de cadera. En el caso de las más activas, con un nivel de ejercicio cercano a las ocho horas semanales, la reducción del riesgo ascendía a casi el 55%, en comparación con las participantes más sedentarias.
Claros beneficios Los beneficios fueron apreciables entre las mujeres sedentarias que comenzaron a realizar ejercicios de intensidad moderada, mientras que el riesgo se incrementó entre aquellas mujeres "activas" que dejaban de hacer ejercicio.
Estos beneficios protectores fueron apreciables incluso entre las mujeres que no hacían ningún otro tipo de actividad, quienes redujeron su riesgo de fractura hasta un 41% con tan sólo incrementar sus niveles de ejercicio de una a cuatro horas semanales.
Según las conclusiones del estudio un ritmo de caminata más intensa repercutió aún más positivamente en la protección de la cadera. Además, pese a que en general la terapia hormonal sustitutiva también se había relacionado con una menor incidencia de las fracturas de cadera, en este caso, el efecto protector de este tratamiento entre las mujeres más activas no fue tan considerable como cabría esperar.
Incluso las mujeres de más peso, con un menor riesgo de fractura de cadera debido al efecto amortiguador que ejerce sobre el hueso el tejido adiposo circundante, se pueden beneficiar de este incremento de los niveles de ejercicio. En este trabajo, además, se midió el tiempo que cada participante pasaba sentada y de pie. Los resultados parecen indicar que estar de pie también puede proteger frente a las fracturas independientemente del peso y del tiempo dedicado a otras actividades.
En general todas las mujeres que participaron en el estudio presentaban niveles muy bajos de ejercicio, el 19% de ellas incluso caminaba menos de 15 minutos a la semana. En general, andar era la actividad más comúnmente practicada, seguido de la bicicleta (14%) y otras actividades aeróbicas (11%). Entre las mujeres post menopaúsicas, tanto la actividad física como el índice de masa corporal tenían una relación inversamente proporcional con la incidencia de la fractura de cadera. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La bici, un ejercicio recomendado por médicos. | | |