| domingo, 24 de agosto de 2003 | Peligro...hombres cocinando Estoy convencido que muchos hombres que sé que leen el suplemento Mujer cuando nadie los ve, me van a odiar, y sinceramente, con justa causa. Pero es hora que nos sinceremos. Tengo el concepto y así lo vivo, que cocinar es comenzar una aventura que dura pocas horas (sí, con algunas señoritas pasa lo mismo, pero no es lugar para hablarlo aquí mi querido lector) un viaje que se puede convertir en placentero y dejarnos un sin fin de experiencias sensoriales. Pero la característica fundamental que define a un hombre en la cocina es su concepción artesanal extrema en la elaboración de los platos; su prácticamente declarada incapacidad para hacer más de una cosa a la vez (si supiera cuánto me identifico con esto) y una casi demencial falta de sentido de la economía en el trabajo culinario emprendido. Ensuciamos un plato atrás de otro, y ni pensar en ir lavándolos en igual secuencia. Utilizamos utensilios distintos como si se tratara de material quirúrgico altamente contaminado. No nos comprenden. No se dan cuenta que en este caso, el fin sí justifica los medios.
Pero es hora que comencemos a utilizar criterios de trabajo en serie, siguiendo un camino crítico, como si la cocina fuera una cadena de montaje industrial. Se pueden y se deben hacer dos y hasta tres o cuatro cosas a la vez, se puede utilizar el tenedor varias veces y lavar uno de los platos mientras se espera que termine una cocción. No es imposible dejar una cocina tan limpia como la hemos encontrado. La aventura emprendida será todavía mucho más placentera (y además, seguro que habrá alguien que se lo agradecerá).
Tallarines con crema de nuez Necesitará:
500 gramos de tallarines frescos
1 taza de nueces picadas
medio cubito de caldo de verdura
media taza de agua hirviendo
200 gramos de crema de leche
sal
pimienta
nuez moscada
Preparación: Comience a preparar la salsa colocando las nueces picadas en una ollita junto con el cubito de caldo de verdura desmenuzado y disuelto en el agua hirviendo. Incorpore la crema de leche y sazone, ¡ojo con la sal! porque el caldo ya tiene bastante. Remueva suavemente sobre un fuego amable hasta que la preparación comienza a tomar punto salsa. Una vez obtenidos los tallarines casi a punto dente, los vuelca dentro de la ollita donde está la salsa y allí, bañándolos en esta delicada salsa, los termina de cocinar. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Cocinar, actividad que hasta puede ser placentera. | | |