Neuquén: cavernas de la meseta patagónica se abrirán al turismo

El circuito incluye senderos subterráneos que alcanzan los 400 metros

Corina Canale

Desde los comienzos de la humanidad, cuando los hombres primitivos exploraron la desolada corteza terrestre, se sintieron subyugados por el misterio que emanaba de las cavernas, profundos espacios hundidos en la roca, mundos tan oscuros como desconocidos.

Muchos siglos después aquella curiosidad aún perdura entre los espeleólogos, que intentan descifrar los secretos que la roca guarda tenazmente. Una de las búsquedas más intensas se realiza en la meseta patagónica del Neuquén, la provincia sureña que posee más de 70 cavernas en su territorio.

En el imaginario popular y colectivo penetrar en una caverna es emprender un viaje hacia el pasado, recalando nada menos que en la prehistoria. La sensación es que el silencio reina en esas profundidades, y que allí sólo se escucha el lejano murmullo del agua en algún lago escondido.

Desde el Centro Pyme, un organismo creado para apoyar el desarrollo de nuevos emprendimientos, el geólogo Omar González presentó una propuesta integral para ponerlas en valor desde la paleontología y la energía derivada del petróleo y el viento, hasta la espeleología (estudio de las cavernas). El propósito es utilizarlas como eje de nuevos circuitos turísticos, ya que por sus características únicas y su belleza son similares a las ya explotadas con éxito en el mundo. El nuevo itinerario comenzará a comercializarse el próximo verano.

Cinco cavernas

La zona donde se encuentran las ocho cavernas seleccionadas, sobre las que ya se realizaron estudios de estabilidad -que determinaron que sólo cinco se abrirán al turismo- está en el oeste provincial, entre la ruta nacional 40 y el límite con Río Negro, dentro del paisaje agreste de la meseta patagónica.

El estudio de estabilidad analiza la estructura rocosa y por medio del cual se determinó cuáles son las zonas seguras y cuáles las que necesitan trabajos de apuntalamiento. Este trabajo ya se realizó en las cinco cavernas que se abrirán al turismo, todas de entradas amplias y senderos internos sinuosos, que en algunos casos alcanzan los 400 metros.

Algunos tramos están anegados y hay muchas estalactitas que se originan por el depósito mineral que dejan las aguas ricas en carbonatos y sulfatos. Cuando las gotas de esas aguas enriquecidas caen al suelo forman otro depósito mineral que crece hacia arriba. Esas formaciones, de abajo hacia arriba, son las estalagmitas. Cuando ambas se encuentran forman columnas que semejan un techo de finas agujas colgantes.

En Rincón de los Sauces, que actualmente integra la zona más rica del país en explotación de petróleo, está la Caverna de los Gatos", un tubo lávico de origen volcánico cuya antiguëdad es de unos 30 millones de años, en tanto que la Caverna de la Laguna está en Balsa Huitrín, a 50 kilómetros de Chos Malal. Esta caverna se formó por la erosión del agua en un macizo de yeso, cuya roca es de color blanco tiza. En el fondo hay una pequeña laguna de aguas transparentes.

La Caverna del Salado III, cerca de Chorriaca, entre Chos Malal y Las Lajas, también es de yeso y tiene un imponente portal y muchas estalactitas. Las otras dos están en Cuchillo Curá, a unos 15 kilómetros de Las Lajas. Ambas se formaron por la disolución de carbonato en rocas calizas y tienen una antigüedad de 140 millones de años. Se estima que serían del mismo manto rocoso de la Caverna de las Brujas, situada en el paraje Bardas Blancas del sur de Mendoza. Estas calizas son coralinas, y restos de corales se encuentran en los alrededores, aunque eventualmente algunos vestigios también se ven adentro.

Desde los tiempos en que el hombre habitaba los huecos rocosos estas "puertas a la tierra" siguen despertando el interés de los viajeros del mundo. Un mito afirma que dentro de las cavernas dejan de tener sentido conceptos como "día y noche, abajo y arriba, pasado y futuro". Pero más allá de esas creencias son lugares sobrecogedores porque aún siguen siendo un enigma.

Las cavernas están en el oeste neuquino.