| domingo, 27 de julio de 2003 | Acorralados. "Se trató del último intento de Azic por evitar la Justicia" Relato de un torturado por el ex represor que se quiso suicidar Carlos Lordkipanidse fue sometido a tormentos con picana eléctrica junto a su hijo de 20 días de vida en 1978 Javier Felcaro / La Capital "Es el último intento por eludir a la Justicia". Carlos Lordkipanidse, detenido-desaparecido en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) durante la dictadura militar, evaluó fríamente el frustrado suicidio del ex suboficial de Prefectura Juan Antonio Azic (alias Piraña), el represor que en 1978 lo torturó junto a su hijo, Rodolfo, por entonces un bebé de sólo 20 días de vida.
Para Lordkipanidse, quien en los años de plomo se enroló en la Juventud Peronista (JP) y se definió ante La Capital como "un militante popular que luchó contra la dictadura", el viernes fue un día de extrema conmoción. Y no sólo por el intento de suicidio del torturador, de 62 años, ocurrido horas antes en un bar del barrio porteño de Retiro.
Es que, a la decisión del gobierno de eliminar las trabas a las extradiciones, se sumó la amenaza escrita ("Rata.5º.C") que Carlos sufrió frente al edificio que habita, poco después de haber detectado a Azic entre los integrantes de la lista de represores que reclama el juez español Baltasar Garzón.
Apenas ingresó encapuchado a la Esma, donde llegó el 18 de noviembre del 78 junto a su esposa (Liliana Pellegrino) y su hijo tras ser chupados -con una hora de diferencia- en la vía pública y a pocas cuadras de su casa, el ex suboficial de Prefectura tomó las riendas de un espeluznante interrogatorio.
En plena sesión de tortura, Azic sujetó al bebé de los pies, boca abajo, y sin titubear amenazó con "reventarle la cabeza contra el piso si yo no hablaba". Según el racconto, lo que vino después fue irracional: "Colocaron al nene encima de mi cuerpo y me aplicaron electricidad con una picana".
Lordkipanidse, quien estaba atado a una cama metálica, recordó que en ese momento alguien irrumpió en el lugar al grito de "«paren, che, que este no sabe nada»". Tal vez producto de esa interrupción es que Rodolfo tenga hoy 25 años.
Según Carlos, el fallido balazo de Azic implicó "un último y desesperado intento por eludir la Justicia, algo que vienen logrando desde que terminó la dictadura", en alusión a las controvertidas leyes de obediencia debida y punto final. Por eso estimó que "ahora la situación llegó a un límite y se les terminó la omnipotencia y la impunidad".
Algo es cierto: la decisión del ex represor no lo sorprendió. "Ocurre que estos tipos tienen personalidades violentas. Y no se trata del primer caso, porque también está el del capitán (Horacio) Astrada, implicado en el escándalo de las armas", explicó Lordkipanidse.
Su estadía forzosa en la Esma, que se prolongó por dos años y medio, se justificó "en la necesidad táctica de ellos de contar con una mano de obra esclava (para elaborar documentos truchos), en mi caso, con una persona que tuviera conocimientos de fotografía".
Fue también en ese tristemente célebre centro clandestino de detención que conoció a Víctor Basterra, el fotógrafo que tomó instantáneas con los rostros de los torturadores. Un encuentro clave para la identificación de Azic: "Si no, hubiese sido imposible detectarlo. Salvo que me lo cruzara en la calle".
Claro que ese cara a cara urbano lo vivió con otros represores. "Cuando los vi, los escraché públicamente, incluso con medios de comunicación presentes", relató Carlos, quien recordó el caso de "otro tipo peor que Azic: el ex capitán Raúl Scheller, el Pingüino, al que encontramos en un restaurante de Congreso junto a cinco matones más".
Perfiles Al trazar el perfil de sus torturadores, apeló a un dato anecdótico pero ilustrativo: "En la Esma ellos se presentaban con nombres de guerra, en este caso de animales, despersonalizándose, tomando distancia de lo humano. Incluso Azic fue el que eligió Piraña como clave de identificación".
Carlos también precisó que Azic fue uno de los integrantes del denominado Grupo de Tareas 3.3.3.2, que comandó otro de los requeridos por el magistrado español: el ex capitán Jorge Tigre Acosta.
Sobre el ex suboficial de Prefectura pesan acusaciones por haber participado en sesiones de tormento contra otros detenidos-desaparecidos, las que constan en el planteo realizado por la Fiscalía en el marco de la causa 761, en 1987.
Lordkipanidse salió de la Esma en 1980, aunque considera que realmente quedó en libertad "el día en que me fui del país, en septiembre del 83, porque hasta una semana antes venían a controlarme a mi casa".
Actualmente su hijo reside en el extranjero y, según comentó Carlos, "no recuerda si recibió los efectos de la picana". Lo poco que Rodolfo conoce sobre el torturador, el mismo que ahora se debate entre la vida y la muerte, es gracias al relato de su padre, quien contó que "hace poco, a raíz de la extradición de Ricardo Cavallo a España, me envió un e-mail asegurando que se sentía orgulloso de lo que yo hice".
Irreversible Lordkipanidse consideró que la decisión del presidente Néstor Kirchner "es algo irreversible en el sentido de tener que tomarla, porque si no entraríamos en una definición de carácter filosófico sobre si un país puede funcionar como refugio de torturadores o de personas que tiraban a otras vivas al mar".
"Tal vez exista un país que tenga estas características, pero realmente aceptar esta posibilidad en la Argentina es algo que venimos resistiendo desde hace 25 años", enfatizó.
Y le dedicó un final abierto al jefe del Estado: "Recuerdo que, al asumir, Kirchner dijo que el 25 de mayo de 1973 había estado en la Plaza de Mayo, pero del otro lado...
Seguramente habrá saltado cerca mío. Supongo que todos los que confluimos en ese lugar hace 30 años queríamos, por lo menos, un país donde los chicos no se mueran de hambre". enviar nota por e-mail | | Fotos | | |