| domingo, 27 de julio de 2003 | El pesista Espeleta se ganó una plaza con sacrificio Carlos Espeleta quedó becado en el Cenard en 1998 con apenas 13 años. Debe ser un caso único. El ojo del bielorruso Leonty Gontcharenko, ex entrenador de la selección nacional, no estuvo errado cuando detectó este talento promisorio. En poco tiempo el pesista se ganó un lugar en los Juegos Panamericanos, superando ampliamente sus objetivos. "Fue un logro muy lindo clasificar. No lo esperaba porque sabía que era difícil. Pero entrené y lo conseguí".
La incredulidad de acceder a los Panamericanos se debió exclusivamente a que Argentina dispuso dos plazas para Santo Domingo. Mientras Darío Lecman era una fija, el segundo lugar estaba casi asegurado para Dimitri Gontcharenko (hijo de Leonty). Pero el rosarino le ganó y lo desplazó de ese sitio, aunque después, en una decisión que despertó cierta polémica, a su rival también lo confirmaron en la delegación.
La vida de Espeleta estuvo signada por el sacrificio. Desde temprana edad se alejó de su familia para ir a vivir a Capital Federal. Pero tuvo sus ventajas. "Me abrió muchas puertas. Pude estudiar, cobrar una beca y un sueldo del Ejercito Argentino siendo soldado voluntario técnico, que es una función simbólica ya que lo principal es representarlos en cada competencia".
Espeleta tiene en claro cuáles son sus reales chances. "Ya sé quienes van a ser mis competidores. Estamos todos en un mismo nivel y la diferencia entre el que se ubique primero y sexto es mínima. De lo que estoy seguro es que voy a quedar entre los seis mejores". enviar nota por e-mail | | |