Maquillaje: color en las mejillas

Coloretes líquidos, en crema, en gel, en barra o en lápiz son los nuevos instrumentos para maquillar las mejillas. Se acabaron los pómulos sobresalientes. La tendencia actual es tener color en las mejillas y para conseguir este efecto, hay que olvidarse del colorete en polvo. El protagonismo lo adquieren las texturas cremosas o líquidas, que se deslizan más suavemente por el pómulo y se pueden extender con los dedos. Estos nuevos recursos adoptan forma de lápiz o se encierran en barras, además de ser más versátiles porque se pueden aplicar en mejillas, ojos y labios.

La gran diferencia está en marcar el color por encima de los pómulos, en lugar de por debajo. De esta manera, adquieren un aspecto saludable como si se hubiera pasado un día en el campo o haciendo deporte. Para encontrar el lugar exacto donde aplicar el colorete basta con sonreír y, en la zona más alta del moflete, dar el toque de color, para después difuminarlo con las manos en redondo (si tiene la cara alargada), o hacia la parte abombada de los párpados (si el rostro es redondo). También se pueden usar, en pequeños toques, para iluminar el mentón y la nariz.

Para que las mejillas tengan un buen color, no basta con llevar en la cartera un colorete de nueva generación. Hay que aprender a aplicarlo. Se debe tener en cuenta que con una gota sobra; que hay que usar los dedos para extenderlos y después lavarse bien las manos porque manchan mucho, especialmente las versiones líquidas y los geles.