| domingo, 27 de julio de 2003 | La verdad está en la raíz He leído todas las cartas de lectores y notas relacionadas al incendio ocurrido en uno -por no decir el más valioso- de los edificios que representan la época de oro de esta ciudad. En La Capital se han expresado opiniones coincidentes de los diferentes espacios que representan a los estudiosos de nuestra realidad. Coincido ampliamente con todos en cuanto a que la barbarie puede destruir en minutos el trabajo y el aporte de años de toda una ciudad que desea crecer. Pero aún debo agregar que siendo vecina de ese hermoso edificio he escuchado las bombas de estruendo de todos los actos que en estos últimos 5 años se realizaron en la plaza San Martín y les puedo asegurar que la violencia de éste sobrepasó todos los límites en cuanto a potencia del estruendo y cantidad de bombas. Todo este preámbulo es para preguntar: Si el juez Carbone, según leí, dice que las bombas de estruendo ocasionaron el incendio, agravado por las hojas que en esta época del año se acumulan en los techos y por el material combustible con que estaba realizada la cubierta del edificio, sería interesante que se explicara públicamente cómo estaba construida la cubierta. Porque en caso de no haberse cumplido con las normas técnicas correspondientes -en cuanto a seguridad- corren riesgos otras áreas del edificio y las responsabilidades serían compartidas en porcentajes a determinar por la Justicia entre quienes provocaron el incendio y quienes construyeron o contrataron la ejecución de esos techos. Reciclar en el sentido estilista no significa poner en riesgo un edificio que además está habitado por miles de jóvenes. Creo que no debe escapar a la Justicia este análisis. Porque los santafesinos estamos hartos de la imprevisión y administración dudosa de quienes gobiernan esta provincia desde hace unos cuantos años. Señor juez, el pueblo quiere saber de qué se trata y si la impermeabilización de los techos hogareños son riesgosas.
Adriana Mazzoni enviar nota por e-mail | | |