| sábado, 26 de julio de 2003 | Participaron la policía provincial, la Federal, Prefectura y Gendarmería Cuatro fuerzas de seguridad reunidas en un vasto operativo en la zona sur Pese al despliegue los resultados fueron pobres: dos personas detenidas en averiguación de posibles delitos Eduardo Caniglia / La Capital Un despliegue inusitado de uniformados pobló ayer a la tarde el paisaje de dos barrios de la zona sur de la ciudad. Unos 150 efectivos de la policía provincial, Policía Federal, Prefectura Naval y Gendarmería se concentraron en tres sitios de la ciudad para comenzar con las tareas de prevención del delito ordenadas por el gobierno provincial. Pero los resultados del megaoperativo no se compadecieron con la cantidad de agentes asignados: diez personas demoradas en averiguación de antecedentes y dos detenidos, uno por tener un arma casera y el otro por circular en una moto cuya procedencia se trata de determinar.
El operativo fue similar a los que se realizaron el año pasado, que también tuvieron como escenario zonas de villas de emergencia y que tampoco arrojaron resultados visibles. Ayer fueron identificados los pasajeros de 50 colectivos, 25 taxis y los ocupantes de 50 autos particulares.
A las 16.30, dos conos fosforescentes apoyados en el cruce de Rueda y Corrientes, en el comienzo de la villa La Lata, con gendarmes apostados en las dos ochavas de la esquina, invitaban a los automovilistas a detenerse para que los efectivos controlaran la documentación del vehículo. Al mismo tiempo, policías provinciales recorrían los pasillos del asentamiento precario. Su misión era buscar, según indicó el comisario inspector Alejandro Franganillo, a cargo de los procedimientos, "personas sospechadas de tener capturas".
Vecinos sorprendidos Los vecinos observaban desde las veredas los movimientos de los efectivos. Algunos parecían sorprendidos por la magnitud del despliegue e incluso no sabían los motivos. Un hombre de unos 60 años miraba con atención desde Amenábar, y a unos pocos metros de Corrientes. "Me parecería bien si lo hicieran con regularidad. Casi siempre ocurren robos", comentó con desconfianza. El vecino relató la modalidad delictiva más frecuente de la villa La Lata. Un grupo de muchachos se acercan a los vehículos cuando detienen la marcha en las esquinas y en ese momento destrozan el cristal y les roban a los ocupantes de los rodados.
Mientras el hombre hablaba, el paso rápido de una pick de la policía en dirección a la comisaría 15ª indicaba que cuatro muchachos habían sido demorados de Corrientes al 2900 mientras una mujer a los gritos clamaba por la inocencia de uno de los arrestados. "El no es choro, trabaja", exclamaba. Un rato después un grupo de policías se internaba en los pasillos de la villa. Recorrieron unos 200 metros y se toparon con un muchacho al que le pidieron los documentos. El chico introdujo su mano y se los mostró. También les indicó el sitio dónde vivía. Desde la puerta de una pequeña casa de material de Paraguay al 2800 el padre observaba la escena.
Era Enrique Zarza, de 45 años, un vendedor ambulante de panchos y hamburguesas. Su hijo, Ezequiel, acababa de llegar de una práctica de un equipo juvenil de Rosario Central. "Me parece muy bien que a todos les pidan los documentos", dijo, aunque no parecía convencido de que las medidas de prevención adoptadas sean efectivas.
Zarza llegó al asentamiento cuando tenía 9 años desde la localidad de Romang y dice conocer bien a sus vecinos. Aunque enseguida anuncia que pronto dejará la la barriada porque será relocalizado en otro barrio a través del programa Rosario Habitat. "Deseo que mi hijo viva de otra manera. No quiero que siga viendo cómo le arrebatan la cartera a una pobre mujer, cómo rompen el vidrio de un auto para robar al conductor o cómo se drogan en la calle", expresó.
Diez personas demoradas En la villa La Lata fueron demoradas diez personas y anoche los pesquisas investigaban si tenían pedido de captura. Al mismo tiempo, un grupo de integrantes de la Prefectura estaban apostados en la esquina de Dr. Riva e Italia, en el barrio Matheu, considerado un lugar "difícil" por algunos vecinos porque está bordeado por un asentamiento irregular. Allí fue detenido un joven de 17 años que viajaba en una camioneta desvencijada con una tumbera calibre 16 durante un control de vehículos. El arma casera estaba depositada debajo del asiento.
Algunas mujeres que divisaban los movimientos de los uniformados también sumaron sus quejas por los casi diarios atracos. "Ojalá que la policía anduviera a toda hora porque así se evitaría los arrebatos. Acá tenemos que estar encerradas a partir de las 6 de la tarde", dijo una mujer de unos 50 años.
Un rato después, un hombre de 32 años resultaría detenido en la esquina mencionada. Se trata, según el vocero consultado, de Jorge Walter Garay y fue apresado porque viajaba en una moto Yamaha 125 cc. "con los números de motor y el cuadro limados y sin documentación" del rodado.
A la misma hora, gendarmes, policías provinciales y federales ya habían llegado a Moreno y Biedma. Esa esquina está rodeado por un descampado y el barrio está habitado por personas humildes y de clase media baja. A Héctor Fuentes, que tiene un almacén en Biedma 2028, le pareció bien el operativo "para que la gente tenga seguridad".
El comerciante llegó al barrio Domingo Matheu hace 45 años y nunca sufrió un atraco, desde que abrió el negocio nueve años atrás. En la tarde de ayer, en diálogo con La Capital, recordó los cambios que en todo este tiempo experimentó el barrio. "Uno de los problemas es la falta de trabajo y los chicos se crían con una inseguridad total", dijo. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los efectivos identificaron a automovilistas. | | |