Editorial

Defender la identidad cultural

La realización en Rosario, en octubre del año que viene, del Tercer Congreso de la Lengua Española -acontecimiento de mayúscula importancia para la ciudad- se constituirá sin dudas en una excelente oportunidad para reflexionar y debatir acerca de cuestiones clave, tales como el fortalecimiento de la identidad argentina a partir de nuestro idioma.

Sumergida desde hace largo tiempo en una crisis que pudo ser terminal, la Nación ha dejado de plantearse -a partir del peso aplastante de la coyuntura- los grandes interrogantes que hacen a su esencia más profunda. El avance incontenible del proceso de globalización, que produce la alarmante extinción de una veintena de lenguas cada año, amerita ser analizado sin demoras desde el punto de vista de la cultura.

Y qué mejor puerta para observar a la cultura que la lengua que se escribe y se habla en el territorio nacional, un español de resonancias propias según la región que lo acuñe. En el caso particular de Rosario se podría aludir al español "rioplatense", que es el patrimonio común de una vasta área geográfica que incluye incluso a Montevideo.

Sin embargo, pese a valiosos intentos aislados, desde el terreno educativo no se le confiere a la cuestión de la lengua la importancia que en verdad posee. Si a eso se le suma el papel cuestionable que juegan muchas veces los medios de comunicación masivos, adictos al cliché fácil y escasamente atentos a la calidad del idioma, las consecuencias son problemáticas: nada menos que el perceptible empobrecimiento del registro lingüístico de los jóvenes.

La protección de la lengua debe ser considerada una cuestión de Estado. Es desde los más altos niveles de decisión que merecen repararse las omisiones y rectificarse los errores. La realización del Congreso en Rosario justifica levantar la mirada de los acontecimientos del día y reflexionar acerca de este crucial asunto, que se proyecta como uno de los grandes desafíos a resolver si se pretende construir desde bases sólidas una Argentina nueva.