| sábado, 26 de julio de 2003 | Unas 15 mil personas marcharon para que se esclarezcan crímenes El obispo Maccarone cuestionó a la Justicia y al gobierno santiagueño El prelado dijo que la convivencia "está en crisis porque la riqueza se acumula descaradamente para unos pocos" En una multitudinaria marcha de silencio, en reclamo de Justicia por el esclarecimiento de los asesinatos de Leyla Nazar y Patricia Villalba, el obispo Juan Carlos Maccarone, denunció ayer que en Santiago del Estero la convivencia "está condicionada y herida con la Justicia sospechada de arbitrariedad y falta de libertad". Sostuvo también que "la convivencia está en crisis porque no todo hogar santiagueño puede partir el pan ganado dignamente, mientras la riqueza se acumula descaradamente para unos pocos".
Durante la homilía en la misa que celebró el prelado por el esclarecimiento de los asesinatos de las dos jóvenes, tras finalizar la decimoséptima marcha "contra la impunidad", a la que asistieron más de 15 mil personas, Maccarone expresó duras críticas contra la Justicia, la policía y el gobierno provincial.
"La convivencia está condicionada y herida cuando la Justicia está sospechada de arbitrariedad, de falta de libertad, que sirve a intereses políticos o económicos y también cuando a la policía, auxiliar de la Justicia, se le teme por aquellos defectos y por la violencia impune respecto del tratamiento de los ciudadanos", dijo el obispo.
Maccarone reveló que a diario recibe denuncias por "abuso de autoridad, extorsión, malos tratos e investigaciones faltas de objetividad" y que por su reiteración "muestran un estado de cosas que los mismos agentes de seguridad, cada uno, deben comprometerse a rectificar".
"Quien en el miedo del ciudadano, que es su hermano, quiere asentar la razón de su fuerza, claudica en su propia dignidad y es testimonio de que la verdad y la Justicia no son norma de su acción, en otros términos, el miedo degrada al que lo provoca", añadió.
En otro pasaje de su homilía, el prelado dijo que en estos tiempos "la convivencia está debilitada y sospechada de realización por desigualdades reinantes, por falta de ejercicio de la ciudadanía y de respeto de los derechos del hombre".
"La convivencia está en crisis porque no todo hogar santiagueño puede partir el pan ganado dignamente, cuando la pobreza pareciera instalada y a la que nos vamos acostumbrando como un destino para Santiago, mientras la riqueza se acumula descaradamente para unos pocos", criticó.
Maccarone, que acompañó en la décimo séptima marcha del silencio a los padres de Leyla y Patricia, señaló que la convivencia "se lesiona cuando los planes de ayuda deben ser mendigados y son fuente del trueque de compromisos políticos y otras denigrantes prestaciones".
"La convivencia se hace dificultosa cuando el ingreso al saber, a la educación, no es el instrumento por el que crece la pasión por la verdad, porque los docentes están condicionados por necesidades materiales o políticas y nuestra escuela, pese al esfuerzo de los docentes, por momentos heroicos, se transforman en guarderías y comedores de niños y adolescentes, empeñando nuestro futuro", agregó.
Sostuvo que "este abuso de autoridad lo sienten y soportan nuestros campesinos, que con la venta indiscriminada de tierras, son expulsados con violencia y sin respeto a sus derechos ancestrales".
"La convivencia está herida cuando falta diálogo social y se abusa de la palabra maledicente, la mentira e hiere gratuitamente el honor de las personas y por eso, tengamos el coraje de reconocer nuestros problemas y buscar juntos las soluciones", concluyó su crítica homilía.
La protesta más grande En el nuevo reclamo de Justicia por el doble crimen de La Dársena y la intervención al Poder Judicial provincial, los padres de las víctimas caminaron acompañados por Maccarone, legisladores, los padres de María Soledad Morales, las Madres del Dolor y dirigentes de organizaciones de derechos humanos.
La protesta se concretó en el mismo día de las celebraciones por el 450º aniversario de la ciudad de Santiago del Estero, la "madre de ciudades" por ser la primera del Virreynato. La marcha se inició minutos después de las 16 y en el recorrido de cinco kilómetros entre la ciudad de La Banda y la capital provincial, miles de personas se fueron sumando a la columna, que a su paso por la Legislatura y la jefatura de policía se expresaron al grito de "asesinos, asesinos".
"No tenemos ninguna garantía, porque las investigaciones están paralizadas, el juez (Dardo) Herrera recibe ordenes del gobierno, mientras los asesinos siguen sueltos y protegidos por el poder político", aseguró Juan Domingo Villalba, padre de Patricia.
Al cántico de "se va a acabar la impunidad de Musa Azar y su manera de matar", la marcha de mayor convocatoria desde que fueron hallados los restos de las jóvenes asesinadas, culminó con una misa ofrecida por Maccarone, seguida por miles de vecinos por los altoparlantes colocados en el exterior de la catedral.
En un palco, el padre de Leyla denunció complicidad entre el gobierno y la Justicia "para no descubrir a los asesinos" y afirmó que la gente "perdió el miedo y no le teme a la actitud intimidatoria de la policía que echaron a correr el rumor de activistas en las marchas que son pacíficas".
"Está demostrado que ellos, los que están en el gobierno, son los que ahora están temerosos y molestos porque la gente sigue participando de las marchas, para decirle basta a la impunidad, a la injusticia y la mentira", añadió Younes.
Para Olga Díaz, madre de Patricia, la gente "perdió el temor, salió decididamente a la calle para reclamar Justicia y que se vayan todos".
"Por nuestros hijos y nietos, vamos a cambiar la historia de Santiago, para dejar de sufrir, porque durante 50 años nos han pisoteado nuestra dignidad y ahora decimos basta", agregó la mujer, que utilizó una silla de ruedas para participar de la marcha.
Al mismo reclamo se sumó Ada Morales, madre de la adolescente asesinada María Soledad, quien exhortó a los presentes "a no aflojar" en las marchas al asegurar que "todo Santiago sabe quienes son los asesinos", en referencia a los denominados "hijos del poder".
Los ecos del obispo Sueldo En el mismo palco, el asesor jurídico del Obispado de Santiago del Estero, Juan Carlos Storniolo, recordó al desaparecido obispo Gerardo Sueldo "cuando pedía a los santiagueños que se levanten para decirle basta a la impunidad y el autoritarismo".
"La suelta de globos negros, representan el entierro del viejo Santiago, de la miseria y sometimiento; y los blancos, la esperanza y futuro que nos merecemos", añadió Storniolo, al mencionar el significado de lo que acababa de ocurrir.
El asesor denunció que la gobernadora Mercedes Aragonés de Juárez "sabe lo que pasó con Leyla y Patricia, sabe quienes son los asesinos".
Por su parte, la diputada nacional Marcela Bordenave reiteró el pedido de intervención al Poder Judicial "para terminar con los feudos en la Argentina" y que la gente que "siga movilizándose, porque son los únicos que pueden cambiar esta situación". (Télam) enviar nota por e-mail | | Fotos | | Juan Carlos Maccarone fue aplaudido. | | |