| sábado, 26 de julio de 2003 | Clima: se complica la sequía en el sudoeste bonaerense El mapa de clasificación de las reservas de agua el suelo sigue reflejando la importante sequía que se mantiene desde hace meses en el sudoeste bonaerense y La Pampa. Se observa un área importante abarcando varios partidos del sudoeste de la provincia de Buenos Aires en la categoría "Extremadamente más seco que lo habitual" (reservas muy bajas, comparadas con las normales de julio), lo que significa que sólo en uno de cada 20 años se pueden esperar a la fecha reservas de agua en el suelo menores o iguales a las actuales.
Esto se debe no solamente a la falta de lluvias en los meses recientes, sino también a que desde el mes de diciembre del 2002 no se registran valores normales de precipitación, lo que ha producido un verano seco en el que se agotaron las reservas de agua, seguido por un otoño-invierno donde tampoco se recompusieron las mismas.
Para las siembras de trigo este hecho viene significando un grave problema, ya que no sólo las capas superficiales del suelo se encuentran secas (evento frecuente en invierno) si no también las capas profundas del suelo tienen su humedad agotada.
En caso de presentarse lluvias que sean normales para la época, que no suelen ser de montos importantes, se podría recomponer la humedad superficial permitiendo la siembra de los cultivares tardíos (hasta septiembre), pero siempre corriendo el riesgo de que si hacia la primavera no se producen lluvias importantes los cultivos podrían perderse.
Otro importante foco de reservas inferiores a las normales se halla en el nordeste del país, abarcando parte de Formosa (que ya se declaró en emergencia agropecuaria), Chaco, Corrientes y norte de Santa Fe. En particular la provincia de Chaco y el norte de Santa Fe (9 de Julio, Vera, Gral Obligado), resultan de significativas desde el punto de vista de la superficie destinada a trigo. También en esta región las lluvias de los últimos meses ha sido inferior a los valores normales, con temperaturas muy altas en julio y fuertes entradas de aire frío en julio.
Con todo, la situación del nordeste argentino no es tan definitiva como la del sudoeste de la región pampeana: por un lado existían reservas iniciales más altas, que permitieron la siembra, y además existe una mayor posibilidad de recomposición de las lluvias hacia la primavera.
Siempre el seguimiento de estas distribuciones resultan muy importantes para comprender cómo evolucionan los cultivos en la región pampeana. En el caso del trigo se pueden inferir algunas conclusiones, incluso desde el punto de vista de la caída en la necesidad de agroinsumos (en el sudoeste pampeano) y de las posibles mermas en la producción a nivel regional, agregando un condimento más a la hora de los análisis estratégicos.
Otro aspecto interesante es que, si bien la tendencia es hacia lluvias superiores a las normales en el noreste argentino durante un evento El Niño, esto no se ha dado en esta oportunidad. Queda en evidencia que existen otros factores de gran escala, más cercanos a nuestro territorio, que pueden anular o incluso revertir la influencia que pueda tener el Pacífico Ecuatorial Central sobre nuestro país. Un evento La Niña hacia el verano, generalmente asociado con lluvias escasas en esta región, partiendo además de reservas primaverales bajas, sería lo menos deseable para el norte de Santa Fe, Chaco y Formosa. Sin embargo, no puede descartarse que esto llegue a suceder, de acuerdo a los pronósticos emitidos por los principales institutos internacionales dedicados a estos estudios.
Consultora de climatología aplicada (CCA) enviar nota por e-mail | | |