Jessica Lynch, recibida como heroína nacional

Jessica Lynch, la soldado estadounidense convertida en heroína nacional tras ser -supuestamente- herida en combate en Irak, llegó ayer a su casa y fue recibida por una multitud que la aclamó. "Es bueno estar en casa", dijo a la multitud desde su silla de ruedas tras llegar a su pueblo natal en las colinas de Virginia Occidental en un helicóptero militar procedente de un centro médico en Washington. "Quiero expresar mi gratitud por todos aquellos que tuvieron esperanza y rezaron por mi regreso", dijo Lynch, de 20 años, rodeada de familiares. Luego de tres meses de tratamiento en el hospital, se veía pálida y exhausta, con su voz débil y esforzándose por sonreir. "Estoy orgullosa de ser una soldado en el ejército", dijo, "todavía soy una soldado, gracias por esta bienvenida". El lunes, Lynch fue condecorada con tres medallas: Estrella de Bronce, Corazón Púrpura (por las heridas sufridas) y Prisionera de Guerra. Lynch resultó herida en una emboscada y tomada prisionera en los primeros días de guerra. Luego fue rescatada en una cinematográfica operación. Pero no fue herida en combate, como falsamente informó EEUU, sino como resultado del vuelco del vehículo en que viajaba.