| domingo, 20 de julio de 2003 | Escándalo en Inglaterra: la BBC confirmó que Kelly era su fuente La cadena BBC reveló que el experto en armamento muerto en extrañas circunstancias David Kelly fue su principal fuente en el caso sobre la manipulación de información que justificó la guerra contra Irak.
En tanto, el primer ministro británico, Tony Blair, descartó hoy su dimisión y dijo que está dispuesto a declarar en el marco de la investigación judicial sobre la muerte de Kelly.
La BBC afirmó que David Kelly era efectivamente la fuente que llevó a la cadena a afirmar que el informe sobre la situación en Irak había sido "agrandado".
Un comunicado firmado por el director de servicios periodísticos de la BBC, Richard Sambrook, reveló que Kelly estaba en la base del servicio de Andrew Gilligan y también de los firmados sucesivamente por la periodista Susan Watts para Newsnigth, transmitidos el 2 y el 4 de junio pasados.
"Durante las pasadas semanas nos preocupamos en proteger al doctor Kelly. Claramente teníamos para con él el deber de reserva. Después de su muerte, creemos que, para poner fin a todas las conjeturas, es importante revelar todas las informaciones lo más pronto posible", señala el texto.
La cadena ratificó también que sus periodistas hicieron un uso correcto de la información recibida del científico y aseguró que colaborará plenamente en la investigación ordenada por el gobierno sobre la muerte.
"Estoy satisfecho de que la BBC haya hecho este anuncio", afirmó por su parte Blair antes de dejar Corea del Sur con destino hacia China.
"Cualquiera sean las diferencias, nadie quería esta tragedia", agregó Blair, quien aseguró que "todos, incluida la BBC, están muy mal" por la muerte del científico.
Blair manifestó que "por supuesto hay cosas de las que hablaré, así como otras personas lo harán igualmente, durante la investigación", dijo el primer ministro en una conferencia de prensa conjunta en Seúl con el presidente surcoreano Roh Moo Hyun.
Previamente Blair negó enfáticamente los pedidos para que renuncie, tras la situación más grave de su carrera política, provocada luego de conocerse que Kelly, hallado muerto ayer en su casa, brindó datos de "exageraciones" en el informe británico sobre armamento iraquí a la prensa británica.
En una entrevista con la cadena británica Sky News, Blair afirmó que está haciendo lo correcto por su país, "si no, no haría este trabajo".
"Aceptaré la responsabilidad por las acciones de los ministros y funcionarios del gobierno, pero no pediremos reabrir el Parlamento para discutir este asunto", agregó el premier.
Blair descartó así el pedido de interrumpir el receso de verano del Parlamento debido a la muerte, en aparente suicido, de Kelly.
"Llamar al Parlamento provocaría más calor que luz", afirmó Blair.
El líder de la oposición conservadora, Iain Duncan Smith, había presentado esa exigencia, además de demandar no sólo una investigación amplia de la muerte del ex inspector de armas de Naciones Unidas, sino también acerca de cómo usó el gobierno las informaciones de inteligencia sobre Irak.
Kelly murió desangrado el jueves pasado cerca de su casa en Oxfordshire, y según la versión oficial, decidió cortarse las venas de las muñecas por sentirse "terriblemente presionado" por parte del gobierno y los medios de comunicación.
La prensa informa hoy que, unas horas antes de su muerte, Kelly envió un e-mail a un periodista amigo en el que decía: "Muchos oscuros actores hacen sus juegos".
El Ministerio de Defensa británico había expuesto públicamente que Kelly fue la principal fuente de una información de la cadena británica BBC en la que se acusaba al gobierno de Blair de haber exagerado un informe sobre las armas de Irak para justificar la guerra.
Según declaró hoy el ex ministro del gabinete británico, Peter Mandelson, la BBC fue la responsable directa de la muerte de Kelly "tras haberse obsesionado" con el jefe de comunicaciones de Blair, Alaistair Campbell, quien según la cadena británica fue el encargado de la manipulación de los informes de armas iraquíes.
La muerte de Kelly profundizó la crisis del gobierno británico, que es blanco de graves acusaciones de engañar a la opinión pública debido a que todavía no se encontraron las armas de destrucción masiva que Londres y Washington aseguraban tenía Irak, y que fueron el principal argumento para iniciar la guerra. (Télam) enviar nota por e-mail | | |