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 domingo, 20 de julio de 2003

El plan nuclear norcoreano aviva los peores temores

Dirk Godder

Seúl. - El líder norcoreano, Kim Jong Il, juega peligrosamente con fuego. Las más recientes informaciones sobre la producción en Corea del Norte de plutonio apto para la fabricación de armas nucleares y las amenazas abiertas de Kim de hacerse con un elemento nuclear disuasorio y de ir a la guerra en caso de que se implementen sanciones contra su país han despertado en todo el mundo los peores temores.

Con el agravamiento del conflicto en torno al programa nuclear norcoreano, que se prolonga desde hace ya nueve meses, aumenta también la preocupación ante la posibilidad de que algún día pueda volver a prenderse la mecha en el polvorín que es Corea del Norte. Además, los países cercanos en particular temen que el conflicto derive después en un "incendio" a escala regional. Por eso la creciente tensión ha desatado una intensa actividad diplomática, con el objetivo de encontrar una solución pacífica a la crisis. China y EEUU se esfuerzan por lograr conversaciones sobre el programa nuclear de Corea del Norte entre los países afectados.

También Pyongyang asegura que quiere superar el conflicto mediante el diálogo. Sin embargo, las autoridades norcoreanas acusan a Washington de avivar la crisis para poder encontrar un pretexto para atacar el país, que el presidente de EEUU, George W. Bush, incluyó en el llamado "Eje del Mal" junto con Irak e Irán. Washington, por su parte, rechazó la firma de un tratado de no agresión y la celebración de conversaciones bilaterales, como pedía Corea del Norte.


¿Cortina de humo?
Este mes volvieron a sonar las alarmas en EEUU, ya que diplomáticos norcoreanos informaron a representantes norteamericanos de que cuentan con plutonio suficiente para la fabricación de seis bombas atómicas. Tanto en Washington como en Seúl hay incertidumbre sobre si las afirmaciones de Corea del Norte se corresponden con la realidad o, según se sospecha, son sólo una cortina de humo para lograr una mejor posición negociadora. Si esas informaciones fueran verdad, Corea del Norte habría traspasado la "línea roja", según señalan medios de comunicación surcoreanos. Sin embargo, el gobierno en Seúl sigue sin responder a la pregunta de si Corea del Sur suscribiría posibles sanciones de EEUU en caso de un mayor recrudecimiento del conflicto.

Expertos en EEUU advierten del peligro de una guerra. William Perry, secretario de Defensa durante la presidencia del demócrata Bill Clinton, habló de un conflicto que se hace cada vez más peligroso.

Un portavoz gubernamental en Pekín hizo alusión a "un momento decisivo" en la crisis. Incluso en Seúl, que hasta ahora se había mantenido fiel a su política de acercamiento a Pyongyang, parece haberse terminado últimamente la paciencia con el vecino comunista. En una visita a China, el presidente surcoreano, Roh Moo Hyun, apuntó que a Corea del Norte se le acaba el tiempo para tomar una decisión sobre la cuestión nuclear y que Pyongyang debe aceptar la propuesta estadounidense de conversaciones multilaterales.

Tres años después de la muy festejada primera cumbre entre las dos Coreas, parece reinar de nuevo el desencanto en relación con la posibilidad de una pronta pacificación de la península. En Corea del Sur esto se hace especialmente patente poco antes del 50º aniversario del acuerdo de alto el fuego firmado el 27 de julio de 1953.

Según el derecho internacional, Seúl y Pyongyang siguen en guerra desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953). Desde el comienzo de la crisis por su programa nuclear, Corea del Norte amenazó en reiteradas ocasiones con romper el alto el fuego. Con esta medida simbólica, Pyongyang pretende, según los observadores, incrementar la tensión para forzar a EEUU a aceptar conversaciones directas con el régimen comunista.

Igual que Washington, Seúl afirma que no tolerará la presencia de armas nucleares en Corea del Norte. Pero representantes de EEUU insisten una y otra vez en que, por razones estratégicas, dejan abiertas todas las opciones en el conflicto, lo cual incluye también la opción militar. (DPA)

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