| domingo, 20 de julio de 2003 | Salvan de rara dolencia con una compleja cirugía a un niño salteño Un niño de diez años que padecía el síndrome de muerte súbita fue salvado en un hospital público de Salta, donde antenoche se le hizo una compleja intervención cardiovascular, que resultó ser la primera de ese tipo en la provincia. Al niño se le colocó un sofisticado marcapasos que costó 30 mil dólares.
"Lo que se le colocó es un sistema muy complejo que se llama cardioversor desfibrilador a un niño que había sufrido de muerte súbita en tres oportunidades y que el equipo de salud lo había logrado reanimar", explicó el Alberto Robredo, médico del Hospital de Niños de Salta.
Se trata del pequeño Rubén Darío Cruz, de 10 años y domiciliado en una humilde vivienda del barrio San Benito, de la capital salteña, quien padece un síndrome genético conocido como muerte súbita, que "provoca que el corazón tenga un sistema de canales alterados", explicó Robredo.
"Eso hace que en forma inesperada el corazón haga un trastorno en el ritmo que lleva a la muerte, pero el pequeño, gracias a Dios, fue reanimado por una enfermera en un centro de salud y después llegó al hospital donde sufrió dos o tres paros más y fue reanimado por la gente de terapia intensiva", dijo.
El médico precisó que "anoche (por anteanoche) se concretó el hecho de colocarle el dispositivo para que no vuelva a repetir el cuadro, en una acción mancomunada entre el servicios de Cardiología del Hospital de Niños de Salta y los de Cardiología y de Cirugía del hospital San Bernardo, y de otras áreas".
Robredo, que es cardiólogo e integró el equipo que realizó la cirugía, insistió en que se trató de "un esfuerzo mancomunado para conseguir colocar este dispositivo, lo que es bastante complejo, tras lo que tuvo que venir gente de Buenos Aires a calibrarlo".
El marcapasos colocado en esta intervención cardiovascular tiene un valor de 30 mil dólares, y fue gestionado ante la Nación por el gobierno de Salta, que afrontó los costos de la intervención y el tratamiento de Cruz.
"Ahora el niño anda muy bien -dijo Robredo- y nosotros creemos que esta es la puerta para que sigamos adelante, haciendo cada vez cosas más complejas en favor de los más necesitados, que son los más enfermos y los que menos posibilidades tienen de ir a otras provincias, por lo que tenemos que darles una solución aquí".
En la Argentina, unas 30.000 personas, en su mayoría niños y jóvenes, fallecen por año en forma repentina por el síndrome de muerte súbita, según indicó Daniel Azara, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Estimulación Cardíaca (Sadec).
En 2001, el basquetbolista Gabriel Riofrío, el jugador de polo Luis Maguire y el piloto de rally Jorge Recalde perdieron la vida por esta causa. (Télam) enviar nota por e-mail | | |