| domingo, 20 de julio de 2003 | Muchos creen que las restricciones no frenarán la inmigración ilegal El acceso a las visas para viajar a EEUU es cada vez más dificultoso En un año denegaron la documentación del ingreso a más de dos millones de personas en distintos países Anabel Villanueva, una estudiante de periodismo, quería pasar las fiestas navideñas del año pasado con sus parientes en Estados Unidos. Tuvo una entrevista con un funcionario consular en Buenos Aires, al que ni siquiera pudo ver la cara porque estaba oculto tras una ventanilla oscura. Ella fue una de las 2,6 millones de personas en todo el mundo que el año pasado solicitaron visa y les fue denegada, de un total de 8,4 millones de solicitudes.
"Me dijeron que por tener 21 años estaba en edad de riesgo, con posibilidades de querer quedarme como ilegal y más teniendo familia allá", explicó. Su amargura fue mayor cuando supo que los 100 dólares del trámite no le serían devueltos.
Según las últimas cifras disponibles del Departamento de Estado, la tasa de rechazos ha ido subiendo en los últimos años y en el 2002 llegó al 31 por ciento.
Actualmente, desde Tijuana hasta Santiago, las filas para obtener una visa frente a los consulados se alargan, a medida que entran en vigor nuevas reglas para mejorar la seguridad.
Estados Unidos siempre ha usado a sus consulados para intentar evitar la inmigración ilegal, pero el 11 de septiembre del 2001 los convirtió, además, en la primera línea de defensa en la guerra de Washington contra el terrorismo.
Para mejorar la seguridad, a partir del 1 de agosto del 2003 el requerimiento de una entrevista personal se extiende a todos los solicitantes, excepto aquellos que estén renovando una visa vencida, a menos de un año de que caducó, o que sean menores de edad o mayores de 60 años.
El Departamento de Estado aumentó de 26 a 31 días el tiempo de entrenamiento de sus funcionarios consulares para dar cabida a los nuevos cursos que imparten expertos en terrorismo, quienes les enseñan, entre otras cosas, cómo detectar pasaportes falsos. Una empresa especializada adiestra a los funcionarios en las técnicas de las entrevistas.
"Les estamos otorgando un mayor entrenamiento, más herramientas y vamos a hacer aún más en los meses venideros", dijo esta semana Janice Jacobs, subsecretaria encargada de los servicios de visas, ante un panel del Senado.
A partir del 26 de octubre del 2004, todos los postulantes tendrán que someterse a los mismos requisitos que se exigen en México a quienes quieren obtener un pase fronterizo especial, lo que incluye dos copias de huellas dactilares y fotos para la identificación biométrica.
Además, habrá cuestionarios adicionales para grupos de "riesgo", como hombres de entre 18 y 45 años de edad, y el Departamento de Estado ya realiza cruces de información con el FBI y Departamento de Seguridad Interna.
Pero los funcionarios consulares tendrán que hacer todo eso sin disponer de recursos adicionales. El resultado podría ser aún más demoras para los que requieran una visa.
"Ahora es más complicado porque se agregó el costo de venir hasta aquí, en Sao Paulo. Llegué a las 5 y 30 (de la mañana) y ya tenía una fila de más o menos 50 personas", dijo la brasileña Mariana Sana, estudiante de 27 años, de Porto Alegre, con ganas de conocer Los Angeles.
En Tijuana, México, 800 personas solicitan visas cada día y 200 son rechazadas.
La industria turística se lamenta Las medidas suscitan los lamentos de la industria del turismo norteamericana, sector que facturó 88.000 millones de dólares el año pasado a los visitantes del exterior. El año pasado, 41 millones de turistas ingresaron a Estados Unidos, según la Asociación de Industrias de Viajes de América (TIA, por sus siglas en inglés).
Pero esa cifra representa una merma de 19,5 por ciento en comparación con el 2001. En el caso de Brasil, el sexto mayor proveedor de turistas a Estados Unidos, la baja fue del 26 por ciento.
"El Departamento de Estado promueve una política de fronteras seguras-puertas abiertas, pero la puerta parece estarse cerrando y la alfombra de bienvenida es poco acogedora", dijo John Marks, el presidente de TIA, en un reciente testimonio ante un panel de la Cámara de Representantes, donde criticó las restricciones a los viajes sin un correspondiente aumento en los recursos para los consulados.
Para muchos, las restricciones no necesariamente tendrán el resultado de frenar la inmigración ilegal o convertir a Estados Unidos en un lugar seguro. (Reuters) enviar nota por e-mail | | Fotos | | La embajada norteamericana en Argentina. | | |