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 domingo, 20 de julio de 2003

Agoniza la pista de esquí más alta del mundo
Está en Bolivia, enclavada en la montaña Chacaltaya, a más de cinco mil metros de altitud. Un raro privilegio

La pista de esquí más alta del mundo, enclavada en Chacaltaya, una montaña andina de 5.375 metros de altitud, tiene los días contados. Le restan no más de cinco años de vida, como consecuencia del acelerado retroceso de los glaciares intertropicales de la cordillera de Los Andes en América del Sur.

Los deportistas del mundo que aspiran al raro privilegio de esquiar a casi 5.400 metros de altura sobre el nivel del mar tienen que apresurarse, dijo uno de varios científicos franceses que sigue de cerca la agonía del glaciar distante a escasos 15 kilómetros de La Paz, principal urbe y sede gubernamental de Bolivia.

"Chacaltaya se muere", afirmó el hidrólogo Robert Gallaire. El científico participa desde hace cinco años en estudios que el Instituto de Investigación para el Desarrollo, un organismo público de Francia, realiza desde 1991 sobre la regresión de glaciares andinos en Bolivia, Ecuador y Perú.

El instituto concentró sus investigaciones en Chacaltaya y Antizana (Ecuador), dos glaciares que por su altitud y tamaño -inferior a un kilómetro cuadrado- son considerados representativos de los que se esparcen por la denominada Cordillera Real u Oriental de Los Andes.

Gallaire explicó que el retroceso de los pequeños glaciares obedece, con gran probabilidad, al recalentamiento atmosférico a escala mundial y a las bruscas oscilaciones climáticas y secuencias del fenómeno El Niño.

"Es muy probable que, dentro de 10 a 15 años, hayan desaparecido los pequeños glaciares andinos que conforman el 80 por ciento de las masas de hielo de los Andes Intertropicales," sostuvo el organismo.

Se ha establecido un proceso aún más acelerado y dramático para Chacaltaya, cuyo espesor se redujo entre 1992 y 1998 en 40 por ciento y su volumen en 66 por ciento, en tanto que su superficie representa actualmente tan sólo el 10 por ciento de lo que era en 1940.

Otros datos ofrecidos por Gallaire demostraron que la superficie de ese glaciar boliviano se redujo en 84,4 por ciento, de 5,2 kilómetros cuadrados en 1850, cuando predominaba en el planeta una llamada "pequeña edad del hielo", a su actual área, de apenas 800 metros cuadrados.


Dramática reducción
Los volúmenes de Chacaltaya, en tanto, cayeron durante el mismo período, es decir en poco más de un siglo y medio, en 96,1 por ciento, desde casi 18,5 millones de metros cúbicos a actuales 703.000.

Virtualmente "descubierta" al comenzar la década de 1930 por un puñado de profesionales con estudios universitarios en Europa, la montaña de Chacaltaya se convirtió en atracción para aficionados al esquí.

Pero el ascenso hasta su deslumbrante pista de casi un kilómetro de largo constituyó proeza de tres días de caminata hasta que en 1941 concluyera la construcción de una estrecha carretera, cuyos sinuosos 36 kilómetros desde La Paz rematan a 5.200 metros de altitud sobre el mar.

"En Chacaltaya esquías a una altura que en Europa está prohibida a los aviones", "un resbalón y te sales del planeta". Las dos frases forman parte de antiguos folletos de creativa promoción turística que conservan miembros del Club Andino Boliviano, surgido en 1939 como pionero para la práctica del esquí y el montañismo.

Su fundador, Raúl Posnansky, un militar e ingeniero hidráulico de origen británico, había culminado poco antes la hazaña de construir en La Paz una cabaña rústica de estilo alpino y trasladarla pieza por pieza y a lomo de mulas para levantarla a un costado de la pista de Chacaltaya.

La atracción turística de Chacaltaya languidece: sólo siete esquiadores se deslizaron durante el 2002 por su cada vez más pequeña pista, según el actual administrador de la cabaña, Samuel Mendoza.

Para Martínez y otros miembros del Club Andino, la anunciada muerte de Chacaltaya será una suerte de tributo póstumo a Posnansky.

Curiosamente, el tenaz impulsor del deporte y el turismo en el glaciar que agoniza se convirtió en 1943 en su única víctima: pereció sepultado por una avalancha mientras esquiaba.

Indígenas aymarás, habitantes del gélido altiplano andino, divulgaron entonces su creencia de que el intrépido Posnansky fue castigado por los "achachilas" (dioses de las montañas) por perturbar "su morada de Chacaltaya". (Reuters)

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Los glaciares intertropicales andinos la afectan.

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