| domingo, 20 de julio de 2003 | Un análisis coincidente Quiero felicitar a Candi por el artículo del viernes 13 de junio pasado. Pocas veces he leído un análisis tan objetivo de los años vividos en nuestro país, del enfrentamiento entre argentinos que comenzó con los ataques cobardes de los terroristas a mediados de la década del 60, con secuestros cobardes, con la colocación de bombas en forma indiscriminada matando a inocentes o ataques a mansalva a militares, como el asesinato del general Sanchez en el que murió también la mujer que circunstancialmente estaba atendiendo el quiosco de revistas de Córdoba y Alvear. Como consecuencia, la represión de los militares que con todo el poder de las armas actuó en forma brutal y cobarde ya que jamás tuvieron el coraje, la hombría de bien, de blanquear los nombres de quienes habían muerto en los enfrentamientos. Prefirieron que fuesen desaparecidos. Han pasado más de 30 años. Hemos logrado la democracia; sufrido la hiperinflación, la hipercorrupción, el desempleo, la ignominia, la indignidad de la falta de trabajo, de no poder alimentar a nuestros niños, de no poder atender dignamente a nuestros jubilados. Yo he vivido en España 40 años después de que los españoles sufrieran la peor de las guerras, la guerra entre hermanos, la guerra civil. Corrían los últimos años de la dictadura de Franco. Sin embargo, ellos habían logrado cicatrizar sus heridas y estaban dedicados a crecer como país y lo lograron. Vivieron en Francia 30 escasos años después de la Segunda Guerra Mundial que los había devastado. Ya habían enterrado a sus muertos y ya tenían una sociedad con educación para sus hijos y empleo para sus habitantes. Es inadmisible que los argentinos nos quedemos atados a un pasado que no podemos superar. Nuestro Concejo Municipal pierde su tiempo en debatir si un edificio debe ser destinado a la memoria de un sector, del otro o de ambos. En vez de ello no les quita el sueño que haya cientos de personas que todas las noches duermen a la intemperie y se mueren de frío. ¿No podrían pensar en destinar algún edificio donde se los cobije y alimente? ¿No deberían estar nuestros concejales devanándose los sesos buscando la manera de evitar los chicos de la calle, procurando espacios donde sean contenidos, alimentados y con alguna perspectiva de futuro? ¿No deberían estar dedicados a solucionar el problema de la basura, de los cirujas que nos han conducido a ser una de las ciudades más sucias del mundo, con el peligro de epidemias que esto conlleva? Seamos coherentes, honestos con nosotros mismos, no dejemos que los enfrentamientos ideológicos del pasado nos perturben, miremos al futuro y pensemos en cómo darle a nuestro pueblo una vida más digna.
Juan Albertengo
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